Nuevas reglas amplían alternativas al suministro eléctrico de CFE
Gilberto Sánchez, vicepresidente del consejo directivo de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), calificó estos cambios como positivos, ya que brindan a las empresas más alternativas y promueven la descentralización del sistema eléctrico.
“Vimos un cambio en el umbral para la generación exenta, que pasa de 500 a 700 kilowatts. A grandes rasgos lo vemos bien, porque abre la posibilidad de incluir a ciertas empresas en procesos más rápidos, con los beneficios que brinda la generación distribuida”, afirmó en entrevista.
Agregó que uno de los avances más relevantes es la nueva figura de generación para autoconsumo. “Antes teníamos un esquema de abasto aislado, poco conocido y poco aprovechado por los usuarios finales. Hoy, el autoconsumo abre grandes posibilidades para que industrias con mayor capacidad instalen centrales eléctricas de mayor tamaño, con un procedimiento de permiso expedito, que es lo que lo hace interesante”.
Dentro de este esquema, las centrales podrán operar de forma aislada, es decir, sin conexión a la red eléctrica. Aunque no podrán inyectar ni recibir energía del sistema, podrán acceder a un trámite simplificado si su capacidad es de hasta 20 megawatts.
Existe también la opción de autoconsumo con interconexión a la red, lo que permite a los usuarios inyectar energía eléctrica excedente al sistema y venderla a la CFE. Sin embargo, en este caso no se contempla un trámite expedito, de acuerdo con información de la Secretaría de Energía (Sener).
Sánchez advirtió que la nueva legislación presenta algunas inconsistencias. Por ejemplo, señala que el autoconsumo aislado —sin conexión a la red— puede adquirir energía faltante, aunque para ello requeriría, forzosamente, una conexión al sistema eléctrico.
Aun así, reconoció que la posibilidad de generar hasta 20 megawatts representa una cantidad significativa de energía. No obstante, subrayó que, si se desea que esa planta esté conectada a la red, solo será viable para usuarios o empresas con conexión directa a circuitos de alta tensión. En redes de baja tensión, la capacidad máxima que puede soportarse es de 4 o 5 megawatts.
“Este umbral de hasta 20 megawatts está sujeto a que sea técnicamente factible, y esa es la parte que a veces se olvida. Tener la autorización para instalar esa capacidad no significa que siempre sea viable; eso dependerá de los estudios técnicos que se realicen para determinar si la red lo soporta o no”, dijo.