La Comer no le debe un solo peso a los bancos. La cadena de supermercados, que opera 89 tiendas en México, cerró el segundo trimestre de 2025 con crecimiento a doble dígito, sin recurrir a financiamiento bancario o bursátil. En tiempos de volatilidad económica, no es un logro menor.
La Comer crece a doble dígito sin deuda ni exposición a tasas

Según su reporte financiero más reciente, la empresa no tiene contratada ninguna deuda ni enfrenta riesgos asociados a tasas de interés variables. Al 30 de junio de 2025 —y también al cierre de 2024— la compañía mantenía una estructura completamente libre de pasivos financieros.
Lejos de apalancarse con créditos, La Comer ha optado por un modelo de autofinanciamiento basado en la reinversión de utilidades y el crédito con proveedores.
Al 30 de junio de 2025 y 31 de diciembre de 2024 la Compañía no tiene contratada deuda, y por lo tanto no existe un riesgo de tasa de interés (...) No tiene una exposición asociada a tasas de interés variables
Además de operar sus tiendas bajo los formatos City Market, Fresko, Sumesa y La Comer, la firma administra tres centros de distribución y 415 locales comerciales, lo que hace aún más relevante su posición financiera sólida.
El riesgo de la tasa de interés es irrelevante
La cadena reportó un saldo en caja de 3,072 millones de pesos y mantiene inversiones líquidas por más de 2,000 millones, todas en instrumentos de muy corto plazo. Esta holgura le permite operar con un índice de apalancamiento operativo de (0.63) veces, lo que refleja una posición de caja neta: tiene más efectivo del necesario para cumplir con sus obligaciones.
Esto contrasta con otras grandes cadenas del sector. Soriana, por ejemplo, mantiene más de 18,000 millones de pesos en deuda bancaria y bursátil. Walmart y Chedraui, aunque tienen una deuda neta negativa (más caja que pasivos financieros), sí cargan con costos por intereses derivados de créditos vigentes.
Para La Comer, el riesgo de tasa de interés es prácticamente irrelevante en su estructura de capital. Y este enfoque no es casual. La memoria reciente de la empresa recuerda el episodio de 2008, cuando la entonces Comercial Mexicana cayó en crisis por inversiones en derivados vinculados al dólar, lo que obligó a la compañía a entrar en concurso mercantil.
Tras años de reestructura, en 2010 emergió como una nueva entidad, y en 2016 concretó la venta de una parte significativa de sus activos —incluyendo la marca Comercial Mexicana y la campaña “Julio Regalado”— a Soriana, en una operación valuada en 39,194 millones de pesos.
Buenos resultados en ventas y rentabilidad
Hoy, el grupo presume no sólo una operación libre de deuda, sino también buenos resultados financieros. Las ventas netas del segundo trimestre crecieron 11.3% anual, al sumar 12,233 millones de pesos. Las ventas a tiendas comparables subieron 6.7%, impulsadas por campañas como “Temporada Naranja” y “Miércoles de Plaza”.
La utilidad neta ascendió a 803 millones de pesos, un aumento de 31.6% frente al mismo trimestre de 2024. El EBITDA subió 25.7% con un margen de 11.7%, y la utilidad de operación creció 34.1%.
De acuerdo con el reporte, todos los formatos, regiones y categorías de producto mostraron crecimientos, en especial los segmentos de perecederos y alimentos.
No obstante, la compañía advierte sobre riesgos externos. “El gobierno federal mexicano ha ejercido, y continúa ejerciendo, una influencia significativa sobre la economía mexicana”, señala el documento. La Comer reconoce que tener todos sus activos en el país la expone a cambios en la política económica, revisiones fiscales y presiones regulatorias.