El tratamiento del cáncer de vejiga es un ejemplo en donde la farmacéutica combina la parte quirúrgica y la terapéutica. La empresa ensaya en el uso de un dispositivo que se inserta en la vejiga y se encarga de liberar gemcitabina, un medicamento que termina reduciendo los efectos adversos de la quimioterapia convencional.
“La innovación transformacional no solamente genera un cambio en la trayectoria de las enfermedades, sino que las intercepta y permite cambiar el paradigma de tratamiento y ofrecer nuevas esperanzas traducidas en cantidad y calidad de vida para los pacientes”, añade Caridad.
El directivo argumenta que la farmacéutica estadounidense invierte cada año alrededor de 15,000 millones de dólares en investigación y desarrollo, específicamente para la investigación clínica, cifra que representa aproximadamente un 20% de su facturación.
Entre las enfermedades en la farmacéutica centra sus investigaciones están el cáncer de pulmón, de próstata, de cabeza y cuello, mieloma múltiple, leucemia linfocítica crónica y algunos tipos de depresión, por mencionar algunas.
La investigación clínica en tiempos del Plan México
Johnson & Johnson tiene a México en el mapa para el desarrollo de sus análisis y objetivos. Jorge Caridad detalla que en el país –en el que tienen 80 años de operación–, cuenta con una red de 295 centros de investigación que son un engranaje dentro de su estructura internacional y en los que actualmente se desarrollan 36 protocolos de investigación clínica.
“Más o menos que por cada dólar que estamos invirtiendo en investigación clínica hasta un 80% de ese dólar o 0,8 centavos se generan de manera indirecta a lo largo y a ancho de todo el país en actividades que tienen que ver con investigación clínica, por lo tanto, es una actividad que claramente debemos seguir manteniendo y fortaleciendo”, dice el directivo.
La apuesta de Johnson & Johnson se realiza en medio de los esfuerzos del gobierno federal para impulsar a México como potencia en la investigación médica y la presión en el mercado estadounidense hacia la industria para que bajen los precios de los medicamentos.
Al respecto, Jorge Caridad explica que la apuesta del gobierno federal por motivar la investigación será un parteaguas en la generación de un sistema sanitario más fuerte y más sostenible, dado que en otros mercados donde se aplican estos incentivos generan mayor productividad y una mayor distribución efectiva de los recursos
Uno de los puntos que el directivo palomea es la necesidad de acelerar los procesos regulatorios para la aprobación de fármacos e investigaciones, lo cual ya ocurre, y que será otro punto relevante para que México se convierta en un país más competitivo en el mercado global.
Además del trabajo de la mano con autoridades como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el también director de Innovative Medicine, añade como otros puntos relevantes contar con un marco de certidumbre legal y los incentivos fiscales.
“El Plan México 2030 parte de una inversión actual de investigación clínica entre todas las compañías que nos dedicamos a esto de alrededor de 200 millones de dólares anuales. La ambición es que al cierre de este sexenio podamos haber multiplicado por 10 esa inversión y podamos acabar con una inversión totalizada, acumulada de más de 2,000 millones de dólares”, declara.
La empresa tiene en el país cuatro plantas de manufactura de dispositivos médicos y una de productos farmacéuticos, que tocan alrededor de dos millones de pacientes al año. El total de la plantilla laboral es de alrededor de 20,000 trabajadores.