Además de la apuesta comercial, la colaboración tuvo un componente social. Las ventas fueron destinadas a la Escuela Nacional de Cerámica en México y al Rare Impact Fund, la iniciativa filantrópica de Rare Beauty enfocada en salud mental.
“Aliarnos con Rare Beauty nos permite celebrar la vitalidad de nuestras comunidades compartidas e inspirar a los fans a expresarse con la misma audacia con la que disfrutan de Tajín”, dijo Luis Alfaro, director de marketing de Tajín USA, en un comunicado.
El proyecto requirió alrededor de un año de desarrollo. Selena Gómez compartió detalles en plataformas como TikTok, donde sus publicaciones recibieron miles de comentarios, en su mayoría de sorpresa y entusiasmo por la fusión de dos mundos: la belleza y el picante.
Para Mario Alberto Nava, académico de la Escuela Bancaria Comercial (EBC) y experto en mercadotecnia, la estrategia de Tajín refuerza su identidad cultural y amplía su alcance. “Para Tajín este tipo de estrategias le aportan visibilidad internacional como un icono mexicano y le funciona más por la asociación con el picante y México, y puede abrir mercados dada la popularidad de Selena Gómez en el mundo”, comentó.
El especialista subraya que la alianza también tiene un efecto de conexión emocional con los latinos en Estados Unidos, pues la identidad de Gómez está ligada a ese mismo origen cultural, lo que fortalece la narrativa de autenticidad.
Aunque inusual, no es la primera vez que marcas del sector alimentario se vinculan con la industria cosmética. En el mercado global existen referencias como labiales con diseños de Coca-Cola o M&M, que han encontrado eco en consumidores jóvenes y coleccionistas.
“El alcance para ambas marcas es potencial porque el segmento de Rare Beauty no domina al de Tajín y viceversa. El impacto es hacia el descubrimiento de nuevos mercados”, opinó Nava.
La conquista del mercado internacional
La colaboración llega en un momento en que Tajín busca fortalecer su presencia internacional. Fundada en diciembre de 1985 en Zapopan, Jalisco, la compañía comenzó distribuyendo su producto en una camioneta que recorría tiendas locales.
En 1993 realizó su primer envío a Estados Unidos, que hoy se ha consolidado como su segundo mercado más importante, solo detrás de México. Desde entonces, su expansión ha sido constante y sostenida.
Con el inicio del nuevo milenio, Tajín modernizó su imagen y amplió horizontes. En el año 2000 arrancó la exportación de salsas picantes hacia Centroamérica, Europa, Asia y África, sumando consumidores en distintas latitudes.
Actualmente, la marca está presente en 65 países y este año planea dar un paso más: llegar al mercado de Medio Oriente, donde el gusto por sabores intensos ofrece una ventana de oportunidad.
El contexto global también es favorable. El mercado de salsas, aderezos y condimentos alcanzó un valor de 165,810 millones de dólares en 2023 y se estima que llegue a 237,540 millones para 2030, con una tasa de crecimiento anual de 5.3%, según datos de Grand View Research.
Para Nava, la unión con Rare Beauty puede ser un catalizador para abrir nuevos mercados y explorar colaboraciones futuras. “La colaboración con Rare Beauty abre la puerta a la consolidación de nuevos mercados de exportación, incluso, es una oportunidad para que la marca realice colaboraciones no solo con marcas, sino con otras celebridades de talla mundial”, afirmó.
Hasta ahora, las alianzas de Tajín habían permanecido en el terreno alimenticio, con productos como gominolas recubiertas de su clásico polvo enchilado. La nueva propuesta marca un cambio de rumbo que podría inspirar estrategias similares en la industria.
“Tajín tiene la ventaja de que es un producto potencial y aunque no es un producto básico tiene un poder de marca muy fuerte”, concluyó Nava. Con Rare Beauty, ese poder ahora se refleja en cosméticos que, además de pintarse en los labios, llevan un pedazo de México al mundo.