Las baterías están diseñadas para resistir el agua
Los autos eléctricos tienen en sus baterías el componente más valioso y crítico. Estas se someten a pruebas exhaustivas para garantizar que soporten condiciones extremas. Las celdas de ion-litio están encapsuladas con capas adicionales de protección que las hacen altamente impermeables.
Este aislamiento evita filtraciones que puedan dañar los sistemas eléctricos o poner en riesgo al conductor. Así, cuando un auto eléctrico atraviesa zonas con agua, la batería mantiene su integridad y el vehículo sigue en funcionamiento.
Además, la industria aplica estándares internacionales que exigen pruebas de inmersión para certificar que las baterías no se vean comprometidas en ambientes húmedos. Esto explica por qué los fabricantes aseguran que los autos pueden pasar por lavaderos o circular bajo tormentas sin sufrir daños inmediatos.
Conducción en lluvias intensas y encharcamientos
La confianza de los conductores en medio de tormentas se sustenta en el diseño de los autos eléctricos. Los sellos internos, la carrocería y los sistemas eléctricos están fabricados para evitar la entrada de agua en los componentes críticos.
Gracias a esta construcción, un auto eléctrico puede atravesar vialidades anegadas sin apagarse, siempre que la profundidad no supere los niveles de seguridad definidos por el fabricante.
Sin embargo, al igual que ocurre con los autos de combustión, una inundación prolongada o demasiado profunda puede provocar que el vehículo se detenga. Por ello, aunque la protección es mayor, se recomienda precaución al enfrentar calles completamente cubiertas de agua.
Lo que ocurre después de una inundación
Aunque los autos eléctricos resisten mejor el contacto con el agua, las consecuencias de una inundación no deben subestimarse. Los fabricantes recomiendan revisar el vehículo después de un evento de este tipo para descartar posibles filtraciones o fallas en los módulos eléctricos.
El diagnóstico especializado permite confirmar que la batería y el sistema de alto voltaje no sufrieron daños. Este tipo de revisiones se ha convertido en una práctica estándar para garantizar que el vehículo siga en condiciones óptimas.
Los riesgos también existen
Que los autos eléctricos no se descompongan con facilidad en inundaciones no significa que sean invulnerables. Cuando el agua supera la altura permitida, existe la posibilidad de que el vehículo quede estancado. Este límite depende del diseño de cada modelo y se detalla en los manuales de usuario.
Además, fenómenos externos como los rayos pueden afectar a cualquier automóvil. Un impacto cercano puede generar interrupciones en los sistemas eléctricos. Por ello, se recomienda cerrar las ventanas y acudir a revisión en caso de sospechar un evento de este tipo.
Otro aspecto clave es la carga en medio de tormentas. Los sistemas modernos permiten recargar el vehículo con seguridad aunque haya lluvia o truenos. Los cargadores cuentan con sellos y protecciones que aíslan el paso de corriente para evitar accidentes.