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Flexi y Panam tienen nueva oportunidad ante ajustes a la importación del calzado chino

El gobierno mexicano impuso un arancel de 25% a importaciones y restringió ingreso de producto terminado vía IMMEX. Marcas nacionales como Panam y Flexi buscan recuperar terreno con producción local.
mié 03 septiembre 2025 05:55 AM
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Planta de la empresa Panam en Cuautitlán Izcalli.

Durante más de una década, la industria del calzado mexicano transitó entre la amenaza del contrabando técnico y la feroz competencia de plataformas globales como Shein y Temu. Hoy, un decreto del gobierno federal marca un punto de inflexión.

La medida establece un arancel mínimo de 25% a la importación de calzado chino y prohíbe ingresar producto terminado mediante el programa IMMEX, utilizado históricamente para simular importaciones temporales que terminaban inundando el mercado local.

El resultado de esas prácticas no fue menor. Entre 2019 y 2024, la industria perdió cerca de 11,000 empleos formales y el PIB sectorial se contrajo 12.8%, según datos de las cámaras empresariales.

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La Cámara Nacional de la Industria del Calzado (CANAICAL) y la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) celebraron el decreto, una medida de protección solicitada desde hace tiempo para revertir los efectos negativos sobre el sector. Para ellos, el decreto no solo protege a las empresas locales, sino que crea condiciones para que México recupere valor agregado en la cadena de producción del calzado.

"Confiamos en que esta medida fortalecerá el mercado interno, permitirá a nuestras empresas competir en condiciones más justas y coadyuvará en mantener los empleos para nuestros colaboradores", dijeron las cámaras en un comunicado conjunto.

Panam y Flexi, dos nombres emblemáticos de la industria, encuentran terreno fértil para reposicionarse. Ambas han calzado a generaciones de mexicanos y, además, maquilan zapatos de marcas reconocidas que se distribuyen en tiendas departamentales y zapaterías.

“Nos encantaría ver un renacimiento de las marcas mexicanas compitiendo en los mismos estantes de las marcas de productos importados, eso sería evidentemente increíble, pero también la oportunidad de que México se convierta en este agregador de valor para las marcas internacionales”, comenta Andrés Díaz, especialista en comercio internacional y cofundador de la startup Yumari.

Díaz explica que, mientras mercados asiáticos se convirtieron en centros de manufactura de grandes marcas gracias a cadenas de producción “verticalmente integradas”, México mantiene un esquema fragmentado, lo que ha limitado la competitividad.

Sin embargo, los ajustes recientes en las cadenas de suministro internacionales favorecen a empresas mexicanas que pueden profesionalizar su producción y ofrecer soluciones integradas a marcas globales, dice el especialista.

Para Panam, la coyuntura representa una oportunidad de recuperar competitividad en precio, pese a que sus costos de materias primas han aumentado entre 5 y 10% en el último año.

Paola Reglín, líder de marketing y comunicación de Panam, enfatiza que la compañía busca que los consumidores mexicanos se reconcilien con lo local. “Somos un país muy nacionalista, que tal ahora todos vueltos locos con el mundial, pero a la hora de consumir lo local, solemos ser un tanto malinchistas. Es por esto que más que lo Hecho en México, en Panam estamos trabajando en enaltecer lo Bien Hecho en México”.

El plan de Panam combina abastecimiento eficiente, crecimiento de portafolio y colaboraciones estratégicas que han reforzado su posicionamiento en el mercado y su relevancia ante las nuevas reglas del comercio.

Flexi, por su parte, busca consolidar su reputación como marca confiable y cercana al consumidor, apelando al orgullo nacional de una oferta hecha en México.

Aun así, Díaz advierte que las políticas no son uniformemente beneficiosas, ya que algunas empresas que utilizaban IMMEX correctamente podrían verse afectadas por las restricciones, a pesar de generar valor agregado localmente.

“Me preocupa que las políticas sean generalizadas, hay actores que utilizaban el programa correctamente, es decir, generan actividades de valor agregado en México aunque no se pudiera hacer todo el producto acá, lo que también creó la industria de almacenaje y última milla”, comenta Díaz.

El especialista subraya que la protección del gobierno debe complementarse con profesionalización, la transferencia tecnológica, además de capacitación y estrategias para competir internacionalmente son pasos clave para que México recupere terreno en el calzado global.

Qué pasa con Nike, Adidas y las grandes marcas

Ante los recientes cambios en la importación de calzado manufacturado en Asia, los consumidores se preguntan qué pasará con productos de marcas como Nike, Adidas o New Balance, cuyos centros de producción se encuentran en Vietnam, China y Taiwán. En la práctica, estos artículos no desaparecerán de los aparadores, aunque estarán sujetos al arancel vigente para calzado terminado.

Las empresas consultadas por Expansión no ofrecieron comentarios sobre las posibles implicaciones para el mercado nacional. “Durante muchos años, las grandes marcas aprovecharon políticas permisivas. Nos estábamos disparando en el pie si permitíamos que cualquier marca introdujera productos subvaluados, lo que impedía que la industria local pudiera competir en igualdad de condiciones”, señala el especialista.

Los fabricantes locales tienen ante sí una ventana de oportunidad para consolidar la producción nacional, aprovechar el sentimiento de consumo consciente y reposicionar al calzado mexicano en los estantes frente a la feroz competencia de importaciones extranjeras.

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