El ajuste también responde a un patrón internacional. “Es un tren con vocación turística, entonces va a estar subsidiario en adelante. Los trenes para pasajeros y los trenes que no son comerciales, porque no transportan mercancías como tal, en todo el mundo son subsidiados por el gobierno y en el caso del Tren Maya no será la excepción”, afirma Cortés.
Hasta ahora, los intentos por robustecer la demanda han girado en torno a complejos hoteleros y paquetes turísticos en destinos de la ruta. Pero los números de pasajeros todavía no reflejan un flujo estable. El gobierno apuesta a que la entrada en operación de la carga genere un contrapeso y reduzca la presión de los subsidios.
El gasto total en trenes para 2026 sumará 100,338 millones de pesos, una baja de 32.6% respecto al año anterior. Más allá de la reducción, lo que destaca es que de concentrarse en el sureste, los recursos se están redistribuyendo a corredores industriales del norte y del Bajío.
“Es la propia dinámica del desarrollo de los trenes. Uno que ya está en marcha y hay que consolidarlo (Tren Maya) y otros que están iniciando sus procesos tanto de estudios como de construcción. Sin duda esto podría indicar que en el 27, ya cuando empiecen a avanzar más estos proyectos, se les inyecten más recursos públicos”, explica Cortés.
Una apuesta mundialista
Entre los nuevos protagonistas figuran el tren Saltillo-Nuevo Laredo y el de Querétaro-Irapuato. Ambos responden a la lógica de reforzar los ejes logísticos de la industria automotriz y manufacturera, al tiempo que amplían la red ferroviaria más allá de su tradicional orientación turística.
El Bajío, en particular, se perfila como epicentro de la siguiente fase ferroviaria. Su concentración de armadoras, proveedores y parques industriales lo convierte en un candidato natural para recibir infraestructura de carga que complemente las carreteras y reduzca cuellos de botella logísticos.
El sureste, sin embargo, no queda relegado. En la estrategia turística rumbo al Mundial de Futbol de 2026, el Tren Maya será una carta de presentación. La Secretaría de Turismo busca que visitantes que lleguen a las sedes de los partidos también aprovechen para conocer otras regiones del país.
La conectividad aérea juega a favor del sureste del país. Cancún y Mérida tienen vuelos directos con decenas de destinos internacionales. Además, la percepción de seguridad en estados como Yucatán y Campeche refuerza la apuesta por atraer turistas que podrían extender su estadía más allá del calendario deportivo.