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Boeing acelera producción tras ajustes de calidad y proyecta 800 aviones para México

El fabricante estadounidense prevé que México requerirá 800 aeronaves en 20 años, pero admite que las entregas hoy demoran hasta siete años.
vie 19 septiembre 2025 10:18 AM
Boeing calcula fuerte expansión: prevé que México necesitará 800 aviones nuevos en las próximas dos décadas
En los últimos nueve meses, el 737 se fabrica a un ritmo de 38 unidades mensuales, con la meta de llegar a 42 hacia finales de este año.

Boeing proyecta que México requerirá alrededor de 800 aviones nuevos en los próximos 20 años, lo que representa casi una tercera parte de la demanda prevista para América Latina. El fabricante estadounidense anticipa que gran parte de este crecimiento estará concentrado en los modelos 737 y 787, destinados a rutas domésticas, regionales y de largo alcance.

El cálculo revela la magnitud de la apuesta. El tráfico aéreo en América Latina ya supera los niveles de 2019 y México figura entre los mercados con mayor dinamismo. El resultado es una avalancha de pedidos de nuevas aeronaves por parte de las aerolíneas.

Pero el entusiasmo convive con un problema: los tiempos de entrega. Una orden nueva puede tardar hasta siete años en materializarse, frente a los tres o cuatro que solían transcurrir antes de la pandemia. La diferencia se explica por la acumulación de pedidos y por los ajustes que Boeing aún realiza en su sistema de producción tras los incidentes recientes.

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Estabilidad en la producción tras nueve meses de ajustes

A inicios de 2024, Boeing enfrentó uno de los episodios más delicados de su historia reciente. Un tapón de puerta de un 737 MAX 9 se desprendió durante un vuelo, lo que derivó en una investigación federal y la inmovilización temporal de este modelo por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA). El incidente no solo puso en duda la seguridad de la aeronave, sino que también volvió a cuestionar los controles de calidad del fabricante estadounidense.

La crisis obligó a una reconfiguración interna. En julio de 2024, Robert K. “Kelly” Ortberg asumió como director general en reemplazo de Dave Calhoun, con el reto de recomponer la confianza en la producción de la compañía y responder a una industria aérea con una demanda creciente.

Darren Hulst, vicepresidente de marketing comercial de la compañía, admitió en una conferencia de prensa ofrecida por tres directivos de la compañía en la CDMX que estabilizar la calidad ha sido una tarea prolongada. “Desde un punto de vista de calidad, siempre estamos haciendo progresos. Pero durante los últimos nueve meses específicamente, el plan de calidad y seguridad que hemos puesto en lugar ha obtenido resultados tremendos”, dijo.

La empresa diseñó un esquema de seis indicadores clave que miden desde la salud de la cadena de suministro hasta la capacitación en planta. Con ese plan, asegura Hulst, las entregas volvieron a ser predecibles para clientes y proveedores.

El 737 se fabrica a un ritmo de 38 unidades mensuales, con la meta de llegar a 42 hacia finales de este año. El 787 pasó de cinco a siete al mes y debería alcanzar 10 en los próximos dos años. El 777, en plena transición hacia su versión 777X, se produce a razón de cuatro aeronaves mensuales.

“Los últimos nueve meses han sido increíblemente productivos relacionados con ejecutar el plan de calidad, pero también proporcionando una base estable para que podamos seguir creciendo”, añadió Hulst.

La estabilidad, sin embargo, no borra las sombras. El desprendimiento de un tapón de puerta en un 737 MAX 9 en enero de 2024, que obligó a inmovilizar temporalmente ese modelo, puso a prueba la confianza de reguladores y clientes. Desde entonces, cada paso de Boeing está bajo un escrutinio más severo.

Fue la primera vez que ejecutivos de alto nivel del fabricante estadounidense hablaron públicamente en el país sobre el camino de reingeniería que enfrentan para estabilizar su producción y recuperar la credibilidad en sus aviones comerciales. La visita ocurre en un momento clave para la región. América Latina se prepara para duplicar su demanda de aeronaves en las próximas dos décadas.

El cambio de liderazgo fue parte de la respuesta. Robert K. “Kelly” Ortberg asumió la dirección general en julio de 2024, con la misión de devolver previsibilidad a la producción. Aunque no ha visitado América Latina, sus decisiones marcan el rumbo en la región.

“Nuestros clientes necesitan y quieren más aviones para poder atender la demanda creciente que caracteriza a nuestra industria”, señaló Landon Loomis, vicepresidente para América Latina. Según el directivo, la prioridad de Ortberg ha sido reforzar la disciplina interna antes de pensar en nuevos proyectos.

Inversiones millonarias para ampliar plantas y cadena de suministro

Esa disciplina implica inversiones millonarias en las instalaciones de Seattle y Carolina del Sur, donde se fabrican los modelos más demandados. Según Hulst, Boeing busca ampliar la capacidad en los mismos sitios en los que ya opera, en lugar de abrir nuevas plantas.

En México, el vínculo con la compañía va más allá de la venta de aeronaves. Su red de proveedores en el país ya supera los 1,000 millones de dólares anuales. Aunque la firma no reveló nombres específicos, reconoció que el futuro del programa depende en parte de que esos socios inviertan y eleven sus estándares de calidad.

“Cada parte en ese avión es muy importante, así que necesitamos asegurarnos de que nuestras cadenas de suministro sean estables, diversificadas y capaces de crecer”, subrayó Hulst.

En México, Aeroméxico es hoy el cliente más relevante de Boeing. La aerolínea mexicana concentra buena parte de los pedidos vigentes y, según la compañía, seguirá siendo un socio estratégico en el corto y mediano plazo. Aunque la demanda en la región se expande y nuevas aerolíneas muestran interés, el fabricante asegura que no da prioridad a un cliente sobre otro, sino que busca cumplir los compromisos previamente adquiridos.

La empresa reconoce, sin embargo, que el calendario de entregas es cada vez más exigente. Para responder a las necesidades inmediatas de sus clientes, Boeing ofrece alternativas como la incorporación temporal de aeronaves usadas, modelos de generaciones anteriores aún disponibles en el mercado o esquemas de arrendamiento a través de empresas de leasing que cuentan con órdenes vigentes. “Lo que realmente queremos es que nuestros clientes operen un avión Boeing”, dijo Hulst.

La compañía confía en que estas medidas le permitan mantener presencia en la región mientras se reduce la brecha de tiempos. En paralelo, los programas de entrenamiento interno buscan reducir errores en la línea de ensamblaje, otra fuente de retrasos en el pasado.

Boeing también abrió espacio a un mercado en expansión: la conversión de aviones de pasajeros en cargueros, en particular del 737, donde México aparece como destino potencial.

Frente a cuestionamientos sobre la competencia de la nueva aerolínea estatal mexicana y el riesgo de perder participación en el mercado, Boeing insiste en que su estrategia no cambia: ofrecer el avión correcto, en el momento correcto y con la propuesta de valor adecuada. “Definitivamente nos encantaría ganar cada orden”, añadió Hulst, al insistir en que el reto central hoy no es la falta de interés de las aerolíneas, sino la capacidad global de producción para responder al crecimiento acelerado de la demanda.

La visita de sus directivos a México dejó al descubierto la promesa de expansión y la carga de un calendario de entregas que aún no logra volver a la normalidad. Entre ambos extremos se juega la reputación de Boeing y su papel en el futuro de la aviación regional.

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