El iX5 Hydrogen es el componente más innovador de esta estrategia. La tecnología de celda de combustible de tercera generación se desarrolla en colaboración con Toyota. BMW asegura que este diseño permite mayor autonomía y eficiencia energética en comparación con versiones anteriores, lo que puede ser relevante en regiones con infraestructura de carga eléctrica limitada.
BMW también avanza en la infraestructura para hidrógeno mediante la iniciativa HyMoS (Hydrogen Mobility at Scale), que busca establecer redes de recarga compartidas entre autobuses, camiones y vehículos particulares. La fase piloto se implementa en Alemania y Francia, con el objetivo de evaluar la logística y preparar una expansión internacional.
Joachim Post, miembro del Consejo de Administración de BMW AG, señaló en un comunicado que el hidrógeno desempeña un papel clave en la descarbonización del transporte y que la compañía continuará desarrollando esta tecnología.
La estrategia responde a un enfoque pragmático: combinar electrificación en mercados con redes de recarga consolidadas y mantener opciones de combustión en países donde prevalece la infraestructura tradicional.
BMW asegura que sus plantas en Múnich, Steyr y Landshut ya producen prototipos y componentes de hidrógeno integrados en la misma cadena de valor que los vehículos convencionales, lo que permitiría un escalamiento rápido si la demanda aumenta.
Además, el hidrógeno se utiliza como almacenamiento de energía renovable, lo que contribuye a estabilizar la oferta y la demanda eléctrica.
Con este lanzamiento, BMW introduce un modelo que combina distintas tecnologías de propulsión, ofreciendo una alternativa intermedia entre vehículos eléctricos de batería y los sistemas de combustión tradicionales.