Con esta estrategia, Bayer logró poner su sello en productos que responden a una tendencia en expansión, sin asumir el costo de desarrollar capacidades productivas propias en este campo.
Al mismo tiempo amplió su portafolio con fórmulas herbolarias como Iberogast, dirigidas a problemas digestivos que han mostrado aceptación entre consumidores que buscan soluciones naturales.
“Tenemos que competir también en esta categoría. No tiene que ver con la clasificación regulatoria. Entramos a probióticos porque creemos que existe una necesidad real del consumidor y podemos ofrecer soluciones efectivas”, explica Gómez.
La compañía ya lanzó cepas enfocadas en problemas digestivos, tanto para adultos como para niños, con la promesa de diferenciarse a través de evidencia clínica y fórmulas avaladas. La categoría de probióticos ha mostrado un crecimiento de doble dígito y Bayer espera que siga en esa dirección.
Según cifras presentadas por la compañía, el autocuidado representa ahorros de 7,200 millones de dólares para los sistemas de salud en América Latina. Además, contribuye a disminuir la duración y severidad de condiciones leves, reduciendo pérdidas de productividad por ausentismo.
En una región donde 57% de la población adulta tiene sobrepeso y 19% padece obesidad, el incentivo de promover prevención es un acierto para la empresa.
El directivo aclara que esta expansión de portafolio no significa una canibalización del negocio de fármacos bajo receta. “Sería maquiavélico pensar que perdemos mercado. Lo que hacemos es ofrecer soluciones reales de salud y autocuidado”, sostiene.
En la práctica, la división de consumo de Bayer ya convivía con esta lógica. A través de productos OTC como Aspirina, Alka-Seltzer, Flanax o Redoxon, promueve el autocuidado desde hace décadas. La diferencia es que ahora explora segmentos que antes parecían reservados para marcas más pequeñas o de nicho.
México como pieza estratégica
El plan de expansión se apoya también en la fuerza productiva del país. La planta de Lerma, Estado de México, concentra buena parte de la operación de Consumer Health y abastece tanto al mercado nacional como a destinos de exportación.
Cerca de 62% de lo que se produce se queda en México y el resto viaja a países como Estados Unidos, Canadá, Guatemala, Colombia, Perú, Brasil y Paraguay.
La compañía anunció una inversión de 1,100 millones de pesos para ampliar la capacidad productiva durante los próximos dos años. El proyecto contempla un centro de innovación con planta piloto y una expansión que incrementará en 40% la capacidad de producción. Se crearán 250 empleos temporales durante la construcción y un centenar de empleos directos adicionales hacia 2030.
Para Bayer, México es más que un mercado de consumo, es un hub estratégico que le permitirá crecer en nuevas categorías de autocuidado y responder con rapidez a la demanda regional.
Hoy día, el autocuidado representa aproximadamente una cuarta parte del negocio de Bayer en México dentro de la división de consumo. El resto se divide entre fármacos de prescripción y la unidad agrícola.
A escala global, la relación es más dispar, ya que entre 75 y 80% del mercado farmacéutico sigue correspondiendo a productos con receta, mientras que apenas 20% pertenece al segmento de venta libre u OTC.