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Alianza turco-mexicana desafía el dominio chino en baterías

Pomega y Grupo Jebla invertirán 400 millones de dólares para construir una planta y ensamblar en México baterías para almacenamiento de energía.
vie 03 octubre 2025 03:40 PM
Aunque no es fácil, México enfrentará a China en el mercado de baterías con un aliado inesperado: Turquía
La planta de ensamble de baterías turco-mexicana comenzará operaciones en México a inicios de 2026, con capacidad inicial de 3 gigawatts-hora al año. (Daniel Velázquez)

La posibilidad de que México deje de depender de China para abastecerse de baterías de almacenamiento de energía podría materializarse en 2027. La compañía turca Kontrolmatik/Pomega y el grupo mexicano Jebla anunciaron una inversión conjunta de 400 millones de dólares para construir una planta de ensamble en territorio nacional.

El proyecto contempla dos fases: la primera, el establecimiento de la planta de ensamble que se prevé edificar a principios de 2026, y la segunda, la construcción de una planta de celdas LFP (litio-ferrofosfato) entre 2027 y 2029. Esta última tendrá una capacidad de producción de hasta 3 gigawatts-hora anuales, con el potencial de escalar a 10 gigawatts-hora hacia 2031.

El plan incluye además un programa de reciclaje para los equipos que lleguen al final de su vida útil y un centro de investigación y desarrollo que buscará impulsar la innovación tecnológica desde México. Con ello, Pomega y Jebla apuestan por generar un ecosistema de producción y conocimiento alrededor del almacenamiento energético.

“Nosotros queremos innovar en un mercado que está dominado en más de un 95% por China, el resto de las compañías están concentradas en Japón y Corea y ellos tienen un mercado más pequeño, y a través de esos países es que comenzamos a hacer estas baterías fuera de la producción china”, explicó Sami Aslanhan, CEO de Kontrolmatik/Pomega.

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El directivo subrayó que instalar la planta en México no es un movimiento aislado, sino parte de una estrategia para incursionar en el continente. “Nos interesa el mercado norteamericano y el resto de Latinoamérica, pero estamos en México porque aunque ya contemplamos la producción en Estados Unidos, ahí es mucho más cara y compleja, lo que no hace sentido económico, pero en México sí”, aseguró.

Con ello, la empresa busca aprovechar la ventaja competitiva que ofrece México como punto de producción y distribución para América del Norte y América Latina. A la vez, la inversión plantea un reto directo a la hegemonía de China en un sector que ha cobrado relevancia en la transición energética.

La planta enfocará su producción en atender proyectos de autoabasto eléctrico, con capacidades que van de 0.7 a 20 megawatts. Este segmento está contemplado en el nuevo modelo energético impulsado por el gobierno mexicano, que ha puesto mayor énfasis en sistemas de respaldo y flexibilidad en la red.

“Es una nueva manera de entender la energía, esto es una alianza que da continuidad, competitividad y crecimiento a la industria. La industria se expande, la demanda aumenta, y aquí todos sabemos que la generación por sí sola ya no basta, por lo que el reto de nuestro tiempo ya no es solo producir más energía, sino garantizar que esa energía sea estable, flexible y confiable”, detalló Eduardo Cárdenas, presidente del consejo de Grupo Jebla.

El empresario destacó que las nuevas disposiciones de la Comisión Nacional de Energía reconocen la importancia del almacenamiento en el Sistema Eléctrico Nacional. “Sin almacenamiento no hay transición energética posible”, puntualizó.

Mercado en desarrollo

El almacenamiento de energía se ha convertido en un elemento crítico para asegurar la estabilidad de la red, sobre todo con el crecimiento de fuentes renovables como la solar y la eólica, cuya intermitencia requiere sistemas de respaldo que permitan un suministro continuo.

Consultados sobre posibles riesgos arancelarios al ingresar al mercado norteamericano, los directivos señalaron que no enfrentan esa vulnerabilidad debido a que no utilizan componentes chinos. Esta característica los coloca en ventaja frente a un escenario de crecientes restricciones comerciales.

“Esto es la oportunidad de que México se convierta en un socio confiable de Estados Unidos y hacer un bloque energético más seguro y competitivo. Somos uno de los cinco fabricantes en el mundo capaces de producir baterías sin integración china, justo cuando Estados Unidos exige cadenas de suministro seguras y libres de dependencias críticas, México aparece con la capacidad de ofrecer soluciones alineadas a esa función”, afirmó Cárdenas.

La estrategia también busca alinearse con la política energética de Estados Unidos, que ha impulsado con fuerza la relocalización de cadenas de valor críticas, entre ellas las vinculadas al almacenamiento de energía.

En una segunda etapa, la alianza prevé ampliar el uso de las baterías a proyectos de gran escala, particularmente nuevas centrales renovables que, por disposición legal, deberán incluir sistemas de almacenamiento. Con ello, se pretende dar soporte a la expansión de la capacidad instalada en energía solar y eólica en México.

El potencial de producción proyectado —10 gigawatts-hora hacia 2031— colocaría a México como un jugador relevante en el mercado de baterías, con capacidad no solo para atender su demanda interna, sino también para exportar a la región.

La iniciativa representa un paso hacia la diversificación de proveedores y tecnologías en un mercado dominado hasta ahora por Asia. Para México, la apuesta implica no solo inversión en infraestructura, sino también la posibilidad de convertirse en un nodo estratégico en la transición energética continental.

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