Aranceles y automotriz golpean volúmenes
Las nuevas políticas comerciales del país vecino del norte han sido un factor determinante. La imposición de aranceles a productos manufacturados con insumos de acero y aluminio extranjero ya ha tenido repercusiones en la producción manufacturera, uno de los motores más importantes de la economía mexicana.
“La industria automotriz ha reducido su producción de unidades, mientras que la industria del acero está colapsada en cuanto a los volúmenes… Esto nos impacta en nuestros volúmenes”, dijo Miguel Ángel Martínez, presidente de Canacar.
De cumplirse el pronóstico de una caída del 20% en el transporte por carretera, se trataría del peor año, incluso con un desempeño inferior al de 2020, cuando la pandemia de covid-19 obligó a suspender operaciones en miles de empresas.
“Para el autotransporte, esto ha sido un impacto brutal. Y la razón es que afecta directamente a las mercancías que van y vienen hacia y desde Estados Unidos”, detalló Martínez.
En México, las compañías transportistas no solo enfrentan menores volúmenes, sino también mayores presiones para sostener sus márgenes en un entorno de costos crecientes. En algunos casos, han tenido que recortar personal o postergar inversiones en flota, mientras buscan alternativas de diversificación hacia servicios de valor agregado como almacenaje o logística integrada.
“Al tener menos volumen, los clientes empiezan a buscar las mejores alternativas de precio, y hemos estado sufriendo por una competencia interna de precios tremenda”, señaló Martínez.
Ferrocarril y puertos sienten la desaceleración
El ferrocarril, tradicionalmente considerado un aliado de la eficiencia logística, tampoco escapa a la desaceleración. La Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario señala que, tras mantener una tasa de crecimiento anual acumulada de 0.64% entre 2017 y 2024, este año podría registrar un estancamiento.
Oscar del Cueto, presidente de Canadian Pacific Kansas City de México, reconoció que el arranque del año había sido positivo, pero las tarifas arancelarias cambiaron el escenario. “En algunos casos vimos un incremento, por ejemplo, antes de que entraran en vigor los aranceles en marzo hubo un pico para sacar inventario, pero ahora todo está estable”, explicó en entrevista.
La estabilidad en el ferrocarril, sin embargo, no significa crecimiento. Los volúmenes dejaron de aumentar y la expectativa es que el año cierre sin avances respecto a 2024. En un sector acostumbrado a la expansión, la pausa equivale a retroceso.
El transporte marítimo también enfrenta un escenario complicado. La Secretaría de Marina reporta que la carga total movilizada en los puertos del país entre enero y agosto acumuló una baja de 9.6%, con 167.3 millones de toneladas movilizadas en el periodo.
“Lo que está claro, y está demostrado históricamente en la economía del mundo, es que los aranceles siempre son retroactivos y siempre van en contra del desarrollo de los países, por lo que esperemos que las futuras políticas arancelarias sean lo más coherentes posibles”, dijo José Antonio Contreras, CEO de Contecon Manzanillo.
La visión de Contreras apunta al viraje hacia el proteccionismo. Las reglas del comercio internacional parecen estar reconfigurándose en tiempo real, lo que deja a las empresas en un terreno de incertidumbre permanente.
De aquí a mediados de 2026, cuando se haya revisado el T-MEC, el panorama parece tener cada día más altibajos, lo que continuará impactando en la logística y en el ritmo de las mercancías que se mueven dentro y hacia fuera de México.
Por lo pronto, la expectativa de los transportistas, del ferrocarril y de los puertos es que 2025 cierre con cifras negativas, marcando un año de ajuste forzoso.