Entre Boeing y Airbus han entregado más de 25,000 aviones de este tipo, diseñados originalmente para alimentar grandes centros de distribución y adoptados posteriormente por las aerolíneas de bajo costo, a las que Airbus cortejó después de que Boeing redujo la producción durante la caída de la demanda tras el 11 de septiembre de 2001.
Airbus ya es el mayor fabricante de aviones del mundo por entregas anuales totales, pero la ruptura del techo en el mercado de los aviones de fuselaje estrecho pone fin a una batalla transatlántica de 40 años por la cuota de mercado, tras los primeros desacuerdos sobre estrategia y reparto de puestos de trabajo entre los países socios, Francia, Alemania, España y Reino Unido.
Décadas de rivalidad trasatlántica
El A320 salió al mercado en 1984, en un momento en que muchos se preguntaban si Airbus aguantaría otra década tras el penoso lanzamiento de dos aviones de fuselaje ancho. Voló por primera vez tres años después.
Los ingenieros de Airbus en Toulouse, Francia, apostaron por introducir los controles informáticos fly-by-wire por primera vez en un avión de pasajeros convencional, una tecnología pionera que se enfrentó a la resistencia de los sindicatos y algunas compañías aéreas, pero que más tarde fue ampliamente aceptada.
Airbus está ampliando su producción en Estados Unidos y China.
Boeing estableció el estándar para la producción de aviones de fuselaje estrecho con su popular 737, introducido por primera vez en la década de 1960, pero se sumió en una crisis tras los accidentes mortales de 2018 y 2019. La compañía está restaurando gradualmente la producción bajo límites regulatorios.
Se espera que los dos gigantes aeronáuticos presenten nuevos modelos en algún momento de la próxima década, pero ambos dijeron el lunes en la conferencia ISTAT en Praga que era poco probable que comenzaran el desarrollo pronto, ya que esperan avances en la tecnología de motores.