El documento destaca que el papel de la minería mexicana va mucho más allá de la extracción. Cerca del 90% de las exportaciones del sector hacia Estados Unidos corresponden a minerales que ya pasaron por procesos de manufactura, lo que evidencia una cadena de valor más compleja y con mayor valor agregado.
En términos de participación económica, la minería representa 4.73% del PIB nacional. Sin embargo, su impacto se amplifica al integrarse con industrias transformadoras que multiplican el valor de los minerales, generando empleos formales, recaudación y encadenamientos productivos regionales.
“Más allá de sus efectos inmediatos, la minería en México posee el potencial para insertarse en procesos de transformación productiva de largo plazo, especialmente en el contexto de la transición energética y del avance tecnológico global”, asegura la Camimex.
Valor por mineral y por industria
El organismo explica que la demanda de minerales estratégicos —como cobre, manganeso, zinc y molibdeno— está en ascenso, impulsada por la electrificación, la movilidad sustentable y las tecnologías digitales. Ello abre una “ventana de oportunidad” para el país, si logra aprovechar sus reservas mediante políticas públicas claras y estabilidad regulatoria.
El estudio también cuantifica el valor inicial de algunos de los principales minerales del país y su efecto multiplicador en la economía. El oro, por ejemplo, tiene un valor base de 96 mil millones de pesos, pero puede multiplicarse hasta 20 veces gracias a su uso en 14 industrias, desde la joyería hasta la manufactura de maquinaria y equipos eléctricos.
La plata, cuyo valor inicial asciende a 68,241 millones de pesos, multiplica su valor hasta 30 veces por su papel en sectores como el automotriz, el electrónico y el de equipos de audio y video.
El plomo y el zinc, con un valor conjunto de 27,919 millones de pesos, pueden tener un efecto multiplicador de hasta 1,173 veces, al insertarse en 255 sectores productivos como el de baterías, instrumentos de medición, autopartes y componentes electrónicos.
Otro caso emblemático es el cobre. Con un valor inicial de 82,655 millones de pesos, su potencial se multiplica 186 veces al formar parte de la producción de sistemas eléctricos, cables, motores y autopartes.
Por industria, el estudio revela que la minería representa el 22% del valor total de la industria electrónica, equivalente a 40,973 millones de pesos. En el sector eléctrico su contribución asciende al 5%, con un valor de 57,620 millones de pesos, mientras que en el automotriz llega al 3%, con un peso económico de 76,461 millones.
Los retos mineros
A pesar de su peso económico, el sector enfrenta obstáculos que han frenado su crecimiento en los últimos años. Las reformas a la Ley Minera han modificado las condiciones para la exploración y extracción, generando incertidumbre jurídica y conteniendo nuevas inversiones.
La suspensión de concesiones, decretada en 2023 bajo el argumento de realizar una evaluación integral del sector, paralizó el inicio de nuevos proyectos y afectó la renovación de equipos y procesos.
“La reducción en la emisión de concesiones ha limitado las posibilidades de crecimiento del sector, afectando la renovación de equipos y procesos, así como la capacidad para atender la demanda de minerales estratégicos. Estas condiciones han afectado la confianza de los inversionistas y han detenido el inicio de nuevos proyectos”, señala el documento.
El entorno internacional tampoco ha sido favorable. La volatilidad de los precios de los metales, el aumento de los costos de operación y las mayores exigencias normativas reducen el atractivo de invertir en México frente a otros países mineros como Chile, Perú o Canadá.
Recientemente, la Camimex insistió en la necesidad de una nueva etapa de diálogo con el gobierno federal para restablecer la confianza del sector privado y reactivar la exploración, considerada el primer paso para cualquier proceso minero.
“El primer paso es la exploración, es el primer paso en cualquier proceso de minerales. Hay que explorar para ver qué tenemos y ver si tenemos potencia; entonces, el permitir que las empresas privadas tengan la oportunidad de buscar es importante”, dijo Pedro Rivero, presidente de la Camimex.
Rivero también subrayó que el sector requiere estabilidad y visión de largo plazo. “¿Y qué necesitamos para una agenda de inversión continua? Continuidad en las reglas, por eso es importante que esta discusión continúe y se madure bien, porque necesitamos mucha continuidad una vez que se establezca un marco jurídico que lo podamos mantener, porque son inversiones de muchísimos años”, aseveró.