“Esperamos que para 2026 se vuelva a reactivar el número de turistas internacionales. Hay mercados que crecieron de manera importante, que han compensado. Crecieron menos los norteamericanos pero más otros destinos internacionales”, declaró Enrique Calderón, vicepresidente de Operaciones de Grupo Posadas.
Entre alertas de viaje y noticias negativas
De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, la tendencia de visitantes en México muestra una caída de 1.3% en el número de turistas estadounidenses que llegaron a México entre enero y septiembre, mientras que los canadienses crecen 5.3%, los argentinos 14.4%, los italianos 8.7% y los costarricenses 7.4%.
En agosto, Estados Unidos volvió a colocar a México bajo la lupa, cuando actualizó su alerta de viaje y advirtió que prácticamente en todo el país existe algún grado de riesgo por inseguridad. La clasificación escalonada —que va desde la recomendación de no viajar a Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas, hasta la petición de precaución en 16 estados y la exención total solo para Yucatán y Campeche— alimenta un clima donde los delitos asociados al narcotráfico dominan la conversación pública.
Ese ambiente se amplifica con la cobertura mediática en ambos países, que coloca la violencia como narrativa recurrente y, en consecuencia, influye sobre la percepción de los viajeros.
Sin embargo, desde la óptica de Grupo Posadas, el efecto es más aparente que real. “Depende de la percepción de la seguridad de cada persona, y desde 2018 no tenemos una crisis generada por alertas de inseguridad”, afirmó Calderón.
Para contrarrestar la tendencia en la caída de viajeros internacionales, Posadas diseñó nuevos productos turísticos. Entre ellos destacan paquetes integrados que combinan transporte y hospedaje y que buscan retener a quienes todavía dudan sobre viajar. La empresa los considera una herramienta para reducir la fricción en la decisión y proteger la demanda en momentos de incertidumbre.
Hacia el último tramo del año, las distintas geografías del país mostraron comportamientos dispares. Calderón observó repuntes claros en destinos de playa, mientras que zonas petroleras y la región del Bajío enfrentaron una demanda más débil.
En la lectura de la compañía, 2025 no solo representó un reto sino que también confirmó su capacidad de resistencia. Javier Barrera, vicepresidente de Estrategia, sintetiza ese ánimo. “El 2025 es un año de cosecha y un premio a la resiliencia después de la pandemia”, dice Barrera.
Los números acompañan esa interpretación y sostienen la narrativa de estabilidad. Entre enero y septiembre, Posadas reportó ingresos por 8,422.2 millones de pesos, equivalentes al 80% de lo facturado en 2024, cuando cerró con 10,645 millones de pesos. El desempeño trimestral permitió mantener sin cambios la estimación de crecimiento anual de 9% que se planteó desde el inicio del año.
El impulso operativo también se observa en los márgenes. “Estaremos cerrando el año con un crecimiento de 29% en EBITFA en comparación con el 2024”, afirmó Barrera. La operadora encontró vías para sostener rentabilidad incluso en un contexto condicionado por cambios políticos, presiones económicas y ajustes en los patrones de viaje.
El plan hacia 2026 articula expectativas deportivas, expansión hotelera y un reacomodo del mapa turístico global. Posadas tiene en desarrollo la apertura de 34 hoteles para los próximos 36 meses, con inversiones por 15,000 millones de dólares aportadas por los propietarios. La escala del programa representa un paso significativo en un momento en el que la industria todavía procesa los efectos de la pandemia y la nueva etapa de tensiones internacionales.
Entre los proyectos figura un complejo en República Dominicana. El resto se concentrará en México y añadirá 4,800 habitaciones a las más de 30,000 que integran los 199 hoteles actualmente en operación. La empresa considera que crecer es también una manera de blindarse frente a ciclos volátiles.
El impulso del Mundial
La mayor apuesta del próximo año se relaciona con un solo evento: el Mundial. El sorteo de grupos, programado para el 5 de diciembre, servirá para proyectar flujos, ajustar tarifas y anticipar la presión de demanda en las ciudades sede. La compañía ya observa señales de incrementos importantes tanto en ocupación como en ingresos.
Barrera ofreció un primer cálculo que ilustra el potencial del torneo. Solo en julio, los hoteles de Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey —las tres sedes mexicanas— registrarán un crecimiento en ingresos superior al 20% frente al año pasado. La expectativa es que esta tendencia se mantenga durante el pico del campeonato.
Las estimaciones internas apuntan a niveles de ocupación de entre 85 y 87% en los hoteles cercanos a los estadios durante junio. En un periodo normal, estos complejos operan alrededor de 65%. El diferencial es extraordinario. Eduardo Calderón lo describe con una imagen precisa. “Es como si tuviéramos cuatro Fórmulas 1 en un mes en cada ciudad”, declaró.
Además de llenar cuartos, Posadas busca aprovechar el efecto expansivo del torneo. La empresa trabaja en una estrategia para motivar a los aficionados a desplazarse hacia otros destinos, desde ciudades coloniales hasta playas menos tradicionales, mediante promociones diseñadas para extender la derrama turística.
El Mundial no solo promete ocupación sino también una oportunidad para reactivar el relato turístico de México. Tras un año marcado por caídas en mercados clave y un entorno mediático tenso, la justa deportiva abre una ventana de reposicionamiento internacional que la empresa pretende capitalizar.
La dirección de Posadas mantiene una visión optimista pese a la volatilidad. “El tema del turismo en México se hace mes a mes. El 2025 fue un año de volatilidad, pero estamos positivos”, comentó el directivo.
Hoy, la caída de viajeros estadounidenses no se asume como una condena sino como un recordatorio del riesgo que implica depender de un solo mercado. La diversificación —regional, cultural y operativa— surgió como la respuesta más pragmática ante un entorno donde la política y la percepción pueden alterar decisiones de viaje en cuestión de horas.
Mientras el calendario avanza hacia 2026, Posadas afina una mezcla de cautela y ambición. Mantener el ritmo de ingresos, acelerar la expansión internacional y capitalizar la euforia mundialista serán los tres ejes que marcarán su hoja de ruta para el siguiente ciclo.