Distribución de la producción
En el comparativo anual, el incremento es de 38%, pues en el décimo mes del 2024 la producción de combustóleo —un refinado de bajo valor en el mercado— fue de 174,000 barriles por día, de acuerdo con el reporte más reciente de la petrolera.
En gasolinas, la producción alcanzó 324,746 barriles diarios, lo que implica una caída de 10.2% frente al mes previo, cuando se registraron 361,689 barriles por día. En la comparación interanual sí se observa un incremento de 27%, ya que en octubre del 2024 se reportaron 255,542 barriles diarios.
El diésel se ubicó apenas por encima del combustóleo, con una producción de 255,626 barriles por día en octubre, cifra 2.6% superior a los 248,958 barriles diarios del mes previo. En el comparativo anual, el incremento es sustancial: en octubre del año pasado apenas se produjeron 147,357 barriles por día, por lo que el avance es de 73.4%.
Si se considera la producción total de petrolíferos de todo el sistema de refinación, la cifra asciende a 1,039,574 barriles por día, un aumento de 2.1% frente al mes previo y de 15.84% respecto al décimo mes del año pasado, cuando la producción de combustibles registraba una caída significativa.
Arturo Carranza, experto en temas de energía, explicó que el mayor volumen de combustóleo responde, principalmente, a la composición del crudo que se procesa y al deterioro de las seis refinerías que integran el sistema.
“La dieta que ingresa al sistema nacional de refinación está compuesta por crudos pesados. La calidad de estos crudos hace que, al procesarlos, el resultado sea, principalmente, combustóleo”, subrayó. “Esto ocurre por la forma en que están configuradas las refinerías, diseñadas para procesar crudos ligeros”.
El especialista añadió que la falta de modernización también influye en los resultados. “El incremento de la producción de combustóleo se explica, también, por el deterioro de las plantas”, aseguró. Luego añadió que el que en el último lustro no hayan sido sujetas a un programa de modernización profundo ha provocado que operen con bajos rendimientos y orientadas a generar combustibles de bajo valor.
El plan para levantar la producción
Desde la pasada administración se estableció un plan integral de recuperación para Pemex, dentro del cual se incluía el rescate de las seis refinerías del país, con el fin de llevarlas a mejores niveles operativos y aumentar la producción de combustibles nacionales.
La estrategia de “autosuficiencia energética” implica que el petróleo crudo extraído en México permanezca mayoritariamente en el país para su procesamiento, lo que incrementaría la disponibilidad de gasolinas, diésel, turbosina y otros petrolíferos, además de reducir la dependencia de combustibles importados.
En el sexenio anterior, algunas refinerías operaron entre 30% y 40% de su capacidad; hoy superan el 50%. Sin embargo, los planes de inversión no han sido lo suficientemente ambiciosos para detonar un aumento en la producción de combustibles de alto valor. Por el contrario, el combustóleo ha encabezado varios meses la producción nacional, por encima de las gasolinas.
Forzar la infraestructura sin los mantenimientos, modernizaciones o remediaciones necesarios provoca que el petróleo no se procese adecuadamente y genere combustóleo, un residual de bajo valor por su alto contenido de azufre, lo que limita su comercialización en la industria marítima.
Carranza señaló que, en los últimos meses, la nueva refinería en Tabasco ha incorporado producción de manera gradual, lo que ha permitido a Pemex reportar un ligero —pero errático— incremento en petrolíferos.
“En la medida en que esta refinería alcance un nivel de producción óptimo, la expectativa es que Pemex reporte un mayor volumen de petrolíferos, principalmente de combustibles de alto valor”, comentó. Añadió que, aun así, sin un programa de modernización profundo en las refinerías del sistema, “la producción seguirá con incrementos ligeros y erráticos, sin una tendencia sostenida”.