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El retail mexicano llega a 2026 con carritos más vacíos y bolsillos cautelosos

El próximo año se vislumbra retador para consumidores y retailers, debido a la mayor cautela ante un menor crecimiento económico y la revisión del T-MEC.
mié 17 diciembre 2025 04:20 PM
¿Por qué ya no rinde el súper? El retail mexicano llega a 2026 con carritos más vacíos y bolsillos cautelosos
Los retailers llegan a 2026 con un menor dinamismo en el avance de sus ingresos. (Foto: kupicoo/Getty Images)

Los retailers enfrentaron un 2025 desafiante por una razón: la recuperación del ritmo de consumo tras una temporada de alta inflación fue más lenta de lo esperado. Hacia el futuro, todo apunta a un entorno donde la cautela dominará las decisiones de gasto.

La reserva de los mexicanos al llenar sus carritos del supermercado no solo se relaciona con las proyecciones de menor crecimiento económico para el próximo año, sino que se suma un cóctel de factores, incluida la situación geopolítica internacional, marcada por la renegociación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

“El consumo está en contracción”, asegura Raquel Jiménez Padilla, directora de Customer Success en Nielsen México. “El entorno económico sigue bastante complicado y el entorno político también; realmente tenemos un consumidor que ya se está moviendo con mucha más cautela que antes”, añade.

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La especialista señala que los consumidores navegan entre la incertidumbre económica y la búsqueda de valor. Aunque una parte comienza a sentirse más segura, persisten tensiones derivadas de la inflación y la pérdida de ingresos: 21% de los mexicanos aún no recupera su nivel económico de los últimos tres años, y casi 40% mantiene hábitos de consumo restrictivos pese a no haber sufrido afectaciones directas.

En el informe Perspectivas del consumidor: guía para 2026, la consultora encontró que las únicas categorías que mantienen las ventas en volumen —es decir, por kilos o litros— son higiene y belleza. “Todas las industrias, bebidas tanto no alcohólicas como alcohólicas, alimentos, lácteos, productos para el hogar, todo está en contracción de volumen”, dice la especialista.

Esto indica que los consumidores continúan gastando en productos de consumo masivo, pero sacrifican cantidad porque ya no pueden absorber los incrementos acumulados en los precios, que han crecido de manera histórica desde la pandemia.

Durante 2022 y 2023, la inflación en México alcanzó niveles superiores al 8%, cifras históricas que, sumadas al período previo a la pandemia como punto de partida, generaron aumentos sostenidos en precios. Mientras tanto, las cadenas reportan un menor ritmo en el crecimiento de ventas, aunque las caídas son mínimas.

Esta contracción en el consumo, según NielsenIQ, se refleja en los supermercados, que reportan menor dinamismo en sus ventas. Aunque esto no implica que terminen el año en números negativos, sí evidencia un enfoque en la competencia basada en precio, surtido y disponibilidad como principales atractivos para los compradores.

Con excepción de La Comer, en el tercer trimestre de 2025 todas las cadenas registraron una caída en las ventas respecto al inicio del año, afectadas por precios altos, la reducción en las remesas durante los primeros cinco meses y la tendencia negativa en la creación de empleos formales.

La confianza como motor de consumo

Hacia 2026, el crecimiento dependerá de la capacidad de las compañías para conectar con un consumidor más consciente, hiperconectado y omnicanal. Según Raquel Jiménez Padilla, esta mezcla de vulnerabilidad y prudencia redefine las expectativas hacia las marcas, que deberán demostrar transparencia, confianza y precios racionales en un mercado donde el aumento de insumos, como cacao y café —con alzas de hasta 128%— presiona sus márgenes.

La experta destaca que, como dato positivo de su informe, los consumidores gastan de forma consciente, premiando a minoristas y marcas que ofrecen confianza, personalización y practicidad. En México, 98% de los compradores consideran la confianza como factor determinante de compra.

No obstante, marcas, retailers y consumidores deberán lidiar con el bajo crecimiento económico que la Cepal proyecta en 1.3%, además de los desafíos derivados de políticas comerciales, aranceles y el T-MEC.

“Estos factores al final nos muestran que hay una incertidumbre económica y política que lleva al consumidor a actuar con cautela, porque no están seguros de que su situación financiera se mantenga; podría incluso empeorar”, concluye Raquel Jiménez.

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