La migración acelerada hacia plataformas de streaming y redes sociales ha erosionado de forma sostenida los niveles de audiencia de la televisión abierta, golpeando directamente los ingresos publicitarios, históricamente el principal sostén financiero del sector.
A este contexto se suma la contracción del gasto en publicidad oficial. Entre 2018 y 2024, el gasto conjunto de la federación y los estados pasó de 24,559 millones de pesos a 13,499 millones, una disminución real cercana al 45% en seis años, de acuerdo con datos de Artículo 19. En paralelo, IPG Mediabrands estimó que este año los ingresos publicitarios de los medios tradicionales, como la televisión, registrarían una caída adicional de 0.5%.
Los inversionistas
Para los inversionistas, sin embargo, la diferencia entre Televisa y TV Azteca va más allá del entorno de mercado. Amin Vera, director de inversiones de Invala Family Office y analista financiero, explicó que la percepción contrastante se explica, en buena medida, por un factor clave: el grado de inversión.
En mercados como Estados Unidos y Canadá, muchos fondos están obligados por estatuto a colocar su capital únicamente en activos que conserven una determinada calificación crediticia, independientemente de otros riesgos operativos o financieros.
En ese contexto, aunque Televisa cuenta con una calificación como emisor y deuda sénior de ‘Ba1’, considerada de grado especulativo, todavía logra atraer capital extranjero. La combinación de mantener el grado de inversión y ofrecer rendimientos elevados —con bonos que pagan hasta 9% anual— resulta particularmente atractiva para inversionistas institucionales.
Esta dinámica ha permitido a la compañía presidida por Alfonso de Angoitia sumar a su capital a actores de alto perfil. En octubre, Eduardo Tricio Haro, presidente de Grupo Lala, adquirió 7.2% de la empresa; un mes después, Mario Gabelli, reconocido inversionista de Wall Street, tomó una participación de 5.5%, con una inversión de 113 millones de dólares. “Para muchos fondos, la discusión se acaba ahí: si tiene grado de inversión y paga cerca de 9% anual, entran”, explicó el especialista.
La situación es diametralmente distinta para TV Azteca, que carece de una calificación crediticia que la haga elegible para una amplia base de inversionistas internacionales. Desde el primer trimestre de 2023, la televisora del empresario Ricardo Salinas dejó de publicar sus estados financieros como consecuencia de la disputa legal iniciada por acreedores en Nueva York por impagos que se remontan a 2020.
Esta decisión derivó en que Fitch Ratings recortara su calificación a ‘RD’ (restringido por default), lo que implicó la pérdida del grado de inversión y confirmó el incumplimiento de pagos.
De acuerdo con el último dato público de la empresa, en septiembre de 2022 la deuda de TV Azteca ascendía a 9,800 millones de pesos, de los cuales alrededor de 8,100 millones estaban sujetos a un proceso de reestructuración.
"El impacto financiero y reputacional que tiene mediáticamente puede limitar su capacidad para acceder a nuevo capital o refinanciar pasivos. Cada vez hay más inversionistas grandes que no quieren tener nada que ver con el empresario", sostuvo Vera.
La influencia política
Esa pérdida de credibilidad financiera contrasta con el caso de Televisa, especialmente en el mercado doméstico, donde los criterios de inversión no responden únicamente a las métricas contables. El analista explicó que, para el capital local, el atractivo de Televisa no se limita a sus indicadores financieros, sino que incorpora su relación histórica con el poder político.
Aunque ya no ocupa la posición dominante de décadas pasadas, la empresa mantiene una cercanía con el gobierno federal, tanto a través de contratos de publicidad oficial como de los tiempos oficiales, que siguen representando ingresos relevantes.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Televisa recibió 1,877 millones de pesos por concepto de publicidad oficial, lo que representó 10.2% del total y la colocó como la empresa con mayor participación, según datos de Artículo 19. En lo que va del actual año, la compañía ha acumulado contratos por 34.1 millones de pesos, de acuerdo con el Sistema de Gastos de Comunicación Social.
“Televisa sigue siendo, de alguna forma, un consentido del gobierno”, apuntó el analista. En la administración de Claudia Sheinbaum, esa relación también se mantiene vigente. Bernardo Gómez, copresidente ejecutivo de la empresa, se integró al Consejo para la Promoción de Inversiones, un organismo creado para articular esfuerzos público-privados y atraer capital en un entorno de bajo crecimiento económico.
A nivel internacional, TelevisaUnivision también ha reforzado su influencia política mediante su cercanía con Donald Trump. La relación se hizo visible cuando el entonces presidente de Estados Unidos intervino en la disputa entre YouTube TV y Univision tras el retiro de contenido hispano de la plataforma.
“El gobierno estadounidense es consciente de la importancia que tienen Univisión y Televisa para difundir su agenda dentro de la comunidad latina, y la empresa sabe que necesita consolidar esa relación para generar contratos publicitarios”, explicó en su momento Humberto Calzada Díaz, economista y analista en jefe de Rankia Latinoamérica.
El escenario es contrastante para TV Azteca. Aunque Ricardo Salinas Pliego mantuvo una relación cercana e incluso fungió como asesor del expresidente López Obrador al inicio de su administración, los impagos fiscales marcaron un punto de quiebre. Desde entonces, el empresario se ha convertido en uno de los críticos más visibles de la llamada Cuarta Transformación.
Los choques políticos con la administración anterior y con el actual gobierno de Claudia Sheinbaum han colocado a la televisora en una posición de alta vulnerabilidad. Los adeudos correspondientes a los ejercicios fiscales de 2009 y 2013 suman 5,063 millones de pesos, una cifra a la que aún deben añadirse recargos y multas acumulados por más de una década, lo que elevaría el monto total de la deuda.
Para el analista financiero, mientras esta relación política se mantenga, seguirá siendo un factor determinante para explicar por qué, pese a los retos financieros y estructurales, Televisa continúa encontrando respaldo entre ciertos sectores del capital nacional, mientras TV Azteca enfrenta un panorama mucho más adverso.