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José Saramago, Nobel de Literatura, falleció este viernes a los 87 años

El escritor portugués y Premio Nobel de Literatura falleció este viernes en su casa de Lanzarote, Islas Canarias
vie 18 junio 2010 07:21 AM
El escritor portugués José Saramago y su esposa
Saramago y su esposa El escritor portugués José Saramago y su esposa

El escritor portugués José Saramago falleció este viernes en su casa de Lanzarote, islas Canarias, informó la familia a la agencia EFE.

El novelista murió mientras estaba en su residencia, acompañado por su esposa, la periodista y traductora, Pilar del Río.

El Premio Nobel de Literatura tenía 87 años.

De acuerdo con la familia, José Saramago pasó una noche tranquila. Después desayunó con normalidad y mantuvo una conversación con su esposa, pero comenzó a sentirse mal y al poco tiempo falleció.

José de Souda, que a los dos años se trasladó a vivir a Lisboa, era conocido por el apodo de su familia paterna, Saramago, que el funcionario del Registro Civil añadió tras su nacimiento.

Antes de dedicarse de lleno a la literatura, Saramago fue cerrajero, mecánico, editor y periodista, pero fue en 1947 cuando hizo realidad su mayor ilusión, la de ser escritor, publicando la novela Tierra de pecado.

Afiliado al Partido Comunista Portugués desde 1969, entre 1966 y 1975, y tras un largo silencio, publicó los poemarios Poemas posibles, Probablemente alegría y El año de 1993.

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"Saramago vive como escribe, tan lúcido e íntegro en sus libros como en los días de su vida", dijo en una ocasión la novelista colombiana Laura Restrepo al resumir "la clara impronta de humanidad" que emanaba de la figura y de la obra del escritor portugués.
Comunista y crítico de la iglesia

José Saramago nació en Azinhaga, pueblo costeño portugués, el 16 de noviembre de 1922. La pobreza en la que vivía con su familia lo obligó a abandonar la escuela desde sus estudios de secundaria para trabajar en un taller metalúrgico.

Estas circunstancias lo llevaron a afiliarse al Partido Comunista en 1969 cuando éste aún era ilegal y desde esa organización intentó desarrollar una actividad crítica para reivindicar el sentido del comunismo.

El mismo ímpetu por defender sus ideales los reflejó en su obra, en la que intentó que los lectores y los oyentes de algunas de sus conferencias reaccionaran ante el mal funcionamiento del mundo, "a indignarse, a no quedarse en esa especie de inercia de rebaño" que caracteriza al hombre actual".

Éstas características lo convirtieron en referencia imprescindible de la narrativa europea, y así lo reconoció la Academia Sueca cuando le otorgó el Nobel en 1998 por haber creado una obra en la que "mediante parábolas sustentadas con imaginación, compasión e ironía, nos permite continuamente captar una realidad fugitiva".

Dos de sus obras, El Evangelio según Jesucristo, en 1991, y luego Caín, en 2009, provocaron polémica de tintes religiosos por considerarlas hirientes por la jerarquía católica.

En 1998, en una entrevista con Juan Arias, el escritor portugués dijo que no creía en Dios, "ni en la vida futura, ni en el infierno, ni en el cielo, ni en nada", pero tampoco se consideraba del todo ateo. "El ateo auténtico sería alguien que viviera en una sociedad donde nunca hubiera existido una idea de Dios, una idea de trascendencia".

Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres, Ensayo sobre la lucidez, La caverna, El hombre duplicado, Las intermitencias de la muerte son también novelas de este gran escritor que en su último libro, Las pequeñas memorias, entrelazó los recuerdos de su infancia: "He intentado no hacer nada en la vida que avergonzara al niño que fui", le dijo a EFE cuando se publicó esa obra.

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