Oaxaca muestra sus tradiciones y gastronomía al ritmo de La Guelaguetza
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OAXACA (CNNMéxico) - Como desde casi 80 años, miles de personas escalaron el Cerro del Fortín para presenciar la festividad de La Guelaguetza, espectáculo de música, bailes y danzas, al que asisten representantes de las ocho regiones del estado de Oaxaca para mostrar los bailes y la gastronomía, que son parte de las tradiciones de cada uno de los 570 municipios de la entidad.
En 2011, se cumplen 79 años de la máxima fiesta de los oaxaqueños, en la que los pobladores de las ocho regiones presentan parte de sus costumbres: cómo viven ellos La Guelaguetza y lo que les representa esta palabra en el dialecto zapoteco, que quiere decir ayuda mutua, afirma el cronista de la ciudad, Rubén Vasconcelos Beltrán.
Esta festividad entre las comunidades indígenas de Oaxaca es una práctica común, que igual se realiza en una boda, bautizo o funeral. A las viviendas donde se realizan llegan los familiares, amigos o vecinos del lugar para apoyar a los responsables con especie o dinero en efectivo.
En 1932, el gobierno instituyó esta actividad para mostrarle al mundo parte de la cultura de las comunidades indígenas. Así es como al Cerro del Fortín, donde se encuentra el auditorio y la llamada rotonda de La Azucena, acuden miles de personas para observar las representaciones de las comunidades de Valles Centrales, de donde son las chinas oaxaqueñas, la boda de Tlacolula, la Danza de la Pluma, y de San Bartolo Coyotepec.
Otras delegaciones que llegan de poblaciones lejanas a la ciudad de Oaxaca son de la Cuenca del Papaloapan, en límites con el estado de Veracruz; San Jerónico Tecoatl, a unos 300 kilómetros al noroeste de la capital oaxaqueña.
Los cronistas de la ciudad cuentan que a la rotonda de La Azucena, en la época prehispánica subían los indígenas zapotecas para adorar a sus dioses, sobre todo a Centeotl, diosa del maíz tierno, a quien le bailaban para pedir lluvias para sus cosechas, actualmente bailan para mostrar parte de su cultura.
Al término de cada baile, los participantes lanzan al público los productos que traen de sus comunidades, desde piñas, café, mamey, tortillas, salsas en pastas, mole, pan, chocolate, manzanas, peras, durazno, totopos (tortillas tostadas de la región del Istmo), dulces, entre otros.
A Marlene, quien vino de Quéretaro sólo a ver La Guelaguetza, le arrojaron tortillas y mole en pasta. “Es increíble ver todo esto, estoy muy contenta de estar aquí, siempre me lo habían contado, pero hoy por fin lo viví. Me sorprendieron sus bailes y eso de que lanzan la comida también. Me llevo estas tortillas grandes que en otro lugar de México es difícil de encontrar”.
Marlene se refiere a las tlayudas, que son tortillas de unos 50 centímetros de diámetro y que son únicas de las poblaciones de Valles Centrales, región a la que pertenece la ciudad de Oaxaca.
Los asistentes, a pesar de ser extranjeros, formaron parte de esta festividad, sobre todo cuando los participantes de Huajuapan de León bailaron y entonaron la canción mixteca. El público se puso de pie e hizo una ola al ritmo de la canción, cuya letra dice: "Qué lejos estoy del cielo donde he nacido/Inmensa nostalgia invade mis pensamiento/ Y al verme tan solo y triste, cual hoja al viento/Quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento/¡Oh tierra del Sol/Suspiro por verte…"
Con el himno de los oaxaqueños: El Dios Nunca Muere, de la autoría de Macedonio Alcalá, el público se despidió de la primera emisión de La Guelaguetza 2011, que se repitió a las 16:00 horas de este lunes.
En Oaxaca es una tradición que las fiestas en las comunidades indígenas duren ocho días, y con esta festividad sucede algo similar, pues culminará hasta el próximo lunes 1 de agosto cuando se presentarán otra vez las delegaciones de las distintas regiones de la entidad.
Durante esta semana hay actividades alternas como las ferias de Los Siete Moles y El Mezcal, en las que participan diversos restaurantes de la ciudad.
En 2006, Oaxaca vivió una serie de protestas, encabezadas por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que exigía la renuncia del entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Los enfrentamientos entre policía y manifestantes obligaron a suspender la festividad bajo el argumento oficial de que no existían condiciones de seguridad para realizarla.
En su último año como gobernador, Ulises Ruiz cambió de sede la actividad, debido a que los trabajos de reconstrucción del auditorio del Cerro del Fortín no habían concluido.
La fiesta generalmente era presidida por el gobernador en turno e incluso muchos de los versos eran compuestos exclusivamente para él. Esta ocasión fue distinto, pues no hubo un palco exclusivo para el gobernante Gabino Cué Monteagudo, quien señaló que la festividad “tiene que dejar de ser una pasarela política”.
A partir de 2006, la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) realiza la llamada Guelaguetza popular, donde la entrada es gratuita, contrario a la que organiza el gobierno del estado, donde los boletos de los palcos A y B, tienen un costo de 400 pesos.