Luis Miguel cautiva al público de Viña del Mar y se lleva tres 'gaviotas'
El Festival de Viña del Mar se rindió a los pies del mexicano Luis Miguel, que cautivó con su voz a un público fiel que pidió tres Gaviotas para el mexicano, un hecho sin precedente en el festival.
El Sol, que arribó el martes al balneario chileno de Viña del Mar calmó las ansias de las 15,000 almas reunidas en el anfiteatro de la Quinta Vergara en la primera noche del festival.
Con una mezcla de sus baladas románticas con algunos de temas pop bailables, el mexicano volvió al escenario que pisó por primera vez a sus catorce años y en el que no se presentaba desde 1998.
Luis Miguel apareció a la 01:05 am (local) del jueves entre ovaciones y muestras de histeria del público femenino, principalmente.
"Muy buenas noches, Viña del Mar. Es un gran honor, es un gran privilegio estar de nuevo con ustedes", dijo el intérprete, poco dado a interactuar con las masas.
Vestido con un traje negro y con el cabello peinado hacia arriba, el mexicano inició la velada al ritmo de Te propongo esta noche y el exitoso Suave.
El artista se paseó primero con cautela por el escenario, en el que se instalaron dos pantallas que le permitían observarse a sí mismo. La prensa solo tuvo una canción para capturar imágenes.
El artista hizo un recorrido por sus grandes temas románticos como Tres palabras, La barca, Por debajo de la mesa o Somos novios, que terminó de rodillas y con los brazos abiertos, como pretendido acto de entrega.
Preocupado también por los aspectos técnicos del sonido, Luis Miguel intentó hacer correcciones en medio del espectáculo mientras ocultaba su molestia tras su famosa sonrisa.
Durante la noche dio instrucciones a su banda, compuesta por una decena de músicos, a los que no presentó al público.
Con el auditorio mantuvo también una prudente distancia, hasta que al final dio la mano a algunas fervientes seguidoras y recogió un ramo de flores, mientras un guardia de seguridad lo sujetaba por la parte de atrás del pantalón.
Sorprendió al presentar en pantalla a Frank Sinatra, con el que interpretó Come fly with me en un dúo virtual, y alternó las baladas con sus canciones rítmicas, como La última noche, Si no supiste amar o Cuando calienta el sol.
Con un repertorio consolidado y una puesta en escena impecable, Luis Miguel conquistó en exactos noventa minutos al auditorio, que pidió para él la gaviota de plata, la organización, le dio la de oro, un premio que no se otorgaba desde hacía varias ediciones.
Pero la admiración que suscita va más allá de todo lo establecido y, por primera vez en la historia del festival, se le concedió además una gaviota de platino, que recibió de manos de la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, admiradora confesa del artista, quien también le entregó las llaves de la ciudad.
Lleno de premios y aplausos, Luis Miguel agradeció las alabanzas y accedió a recompensar los elogios solo una canción más, Labios de miel, con la que cerró el concierto.