La vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar llega a la televisión
La vida del capo colombiano Pablo Escobar llega a la televisión a través de una serie que da cuenta de las correrías del narcotraficante durante los años 80 e inicios de los 90 del siglo XX, cuando sembró de terror su país a punta de asesinatos y coches bomba.
Escobar, el patrón del mal es el título de esta serie de 63 capítulos que estrenará Caracol Televisión la semana próxima, producida por Juana Uribe y escrita por Camilo Cano, precisamente dos de las víctimas del capo, y que llega a la pantalla chica más de 20 años después de la muerte del mafioso.
Juana Uribe es hija de Maruja Pachón, una periodista secuestrada por Escobar en noviembre de 1990 y sobrina de Gloria Pachón de Galán, esposa de Luis Carlos Galán, asesinado por sicarios del Patrón en agosto de 1989.
Camilo Cano es hijo del también periodista Guillermo Cano, el que fuera director del periódico El Espectador asesinado el 17 de diciembre de 1986 por orden del jefe mafioso.
Si bien en Colombia se han producido gran cantidad de series sobre el narcotráfico, que en algunos casos han ensalzado a la mafia, en este caso se presenta al capo sin piedad: un personaje que comenzó su vida delictiva como contrabandista de cigarrillos y ladrón de lápidas de cementerio, y llegó a ocupar un escaño en el Parlamento.
"Las generaciones modernas no saben quién fue Pablo Escobar, un personaje que afectó la vida de los colombianos durante 20 años ", afirmó Uribe, quien dejó claro que la serie "no ensalza ni magnifica" la figura del hombre de tupido bigote que a través del dinero consiguió prácticamente todo lo que quiso.
Era tal su poder que llegó a ofrecer pagar la deuda externa de Colombia, tenía colecciones de coches antiguos, costosas motocicletas, obras de arte, extravagantes viviendas con griferías de oro y hasta un zoológico privado.
Según Uribe, la serie revela quién fue realmente Escobar, que gastaba millones en bandas elásticas para atar los fajos de dólares procedentes de la venta de toneladas de cocaína en Estados Unidos y Europa, para lo cual creó rutas, sobornó autoridades y violó fronteras.
"Queremos contarle a las nuevas generaciones quienes fueron los pocos colombianos que se atrevieron a desafiar al Patrón pero murieron en el intento", adelantó Uribe.
Para la productora, "es sorprendente que el país haya logrado sobrevivir y que todavía tenga ganas de crecer, de trabajar. Por eso es importante contar la historia desde el punto de vista de las víctimas".
Y es que Colombia no debe olvidar que Escobar mandó matar jueces, periodistas, magistrados, ministros y llegó a poner en jaque a cuatro presidentes, pues infiltró los estamentos del Estado y de la sociedad para desafiar al mundo, según Uribe.
La producción televisiva está basada en una profunda investigación y toma referencias del libro La parábola de Pablo, escrito por el exalcalde de Medellín Alonso Salazar.
El vestuario está sumamente cuidado e incluso la peluca que utiliza el actor Andrés Parra, quien encarna magistralmente el papel de Pablo Escobar, fue confeccionada en el exterior.
Cada capítulo tuvo un costo de alrededor de 150,000 dólares, un presupuesto muy superior al que habitualmente se maneja en las producciones de la televisión colombiana.
Las localizaciones exteriores se ubican en las ciudades de Bogotá y Medellín, ésta última cuna del gran cártel de la droga que fundó Escobar; así como en los Llanos Orientales y Miami.
Además de Andrés Parra, el protagonista, el reparto lo encabezan Angie Cepeda, que encarna el papel de Virginia Vallejo, la que fuera una gran diva de la televisión y amante del mafioso; Nicolás Montero (Luis Carlos Galán) y Cecilia Nava (esposa de Escobar y madre de sus tres hijos).
También protagonizan la serie Germán Quintero (Guillermo Cano, director de El Espectador), Ernesto Benjumea (Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia asesinado) y Carlos Mariño, quien interpreta a quien era identificado como Popeye, el lugarteniente de Escobar que puso más de 200 bombas en Colombia.