El fomento a la lectura en los jóvenes, ¿una cuestión de 'magia'?
A San Martín de las Flores, un poblado ubicado a las afueras de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, se le conoce como "tierra de brujos" por ser un sitio donde se realizan desde hace varios siglos curaciones y limpias para la mala vibra.
Pero es en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que esta comunidad humilde espera que otro tipo de "magia" se dé entre sus jóvenes a través de la literatura, en un país donde el índice de lectura se redujo 10% en los últimos seis años y que el promedio de libros leídos al año es de 2.94, según la Encuesta Nacional de Lectura 2012.
El "hechicero" en esta ocasión es el poeta jalisciense Luis Eduardo García quien forma parte del programa de promoción de lectura Ecos de la FIL que año tras año organiza la feria, con el fin de involucrar por un día a los estudiantes de preparatorias con escritores.
En su primer año en Ecos, el joven escritor ganador el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2012 comenzó su interacción con un grupo de alumnos de la Preparatoria 16 con poesía desenfadada, "sin cuestiones de trascendencia o rollos metafísicos, totalmente directa".
Entre una audiencia poco participativa, uno de los estudiantes le preguntó a García cuál era su libro favorito, pero el poeta respondió al joven con la misma pregunta, quien encogió los hombros como respuesta. Ninguno conocía Aura de Carlos Fuentes, ni Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
Pese a estos rezagos literarios en la población, Martha Ibarra, coordinadora del programa de Ecos de la FIL, asegura que existe la disposición de la gente por acercarse aunque el problema es la falta de una guía que conduzca a las personas cuando se inician en el mundo de los libros.
"Yo me pregunto si de verdad las encuestas de lectura reflejan realmente lo que la gente quiere. Reflejan un hecho, que la gente no está leyendo, pero no la razón por la cual no está leyendo, hay una buena parte de la gente que no lee porque no sabe por dónde empezar", dijo Ibarra a CNNMéxico.
Para el caso de la juventud jalisciense y de todo el país, al no ver un ejemplo de lectura desde la familia, queda el remedio de la escuela como guía. Sin embargo, Luis Eduardo García ve también un problema en el sistema educativo y la forma como quieren inculcar la lectura en los estudiantes.
"Si me quitas la educación de la casa yo no estaría aquí", apuntó el escritor, y añadió que la literatura que se deja leer en las preparatorias está "llena de libros que en ese momento de la vida de un chavo están lejanísimas a su experiencia, no puede haber una empatía".
Un "guerrero" de los Ecos de la FIL, como diría Martha Ibarra, es el escritor mexicano Benito Taibo, quien ha participado en los últimos cuatro años dentro de este proyecto. El autor ve como el mejor "antídoto" contra la lectura es obligar a hacerla. "Que alguien lea obligadamente un libro es un antídoto contra el placer que produce el libro".
"Los libros y los lectores se encuentran exactamente como se encuentra el amor, sin premeditación, ni alevosía ni ventaja; en un momento preciso, vas a encontrar el libro que cambiará tu vida cuando tu lo necesitas", apuntó el escritor quien ve en los Ecos uno de los mejores programas de la FIL.
Aventarnos juntos, lector y escritor
Ecos de la FIL tiene la finalidad de promocionar la lectura entre los adolescentes a través de autores que visitan preparatorias de Guadalajara, que comparten su experiencia y el amor por el oficio que ejercen. Pero además de despertar la emoción por la lectura entre adolescentes, también tiene la finalidad de dar a conocer autores que son poco difundidos en el país.
En 2005, cuando Martha Ibarra tomó el timón de este programa solo se realizaban 30 sesiones de Ecos de la FIL, con solo algunas preparatorias de la ciudad de Guadalajara. A la fecha hay más de 120 sesiones que incluyen planteles en el área Metropolitana de la capital jalisciense.
"El programa ha evolucionado porque el interés de nuestros socios y colaboradores ha ido incrementando, y porque los autores han estado replicando su experiencia diciendo que ha sido lo más lindo que les pasó en Guadalajara", dijo Ibarra.
En 2011, Ecos de la FIL salió del ámbito educativo y se adentró a llevar la experiencia también al mercado de San Juan de Dios de Guadalajara donde tuvo una buena respuesta por parte de los locatarios, y para el próximo año planean visitar el tutelar de menores de la capital tapatía.
Benito Taibo está maravillado con participar en este programa de promoción de lectura puesto que también le ha permitido encontrarse con la persona que está al otro lado del libro: el lector.
"Solo soy un lector que se atrevió a dar el salto al vacío y al que me enfrenté fue a otros lectores, nos reconocimos como pares, nos miramos y quedó muy claro que pensamos las mismas cosas, y creemos las mismas cosas, y que tenemos la esperanza en que el libro es una herramienta transformadora de la sociedad y del hombre, y que está ahí para ayudarnos a dar el gran salto", dijo el autor.
En ese mismo plano, la coordinadora de Ecos señaló que este tipo de actividades permite que la relación entre lector y escritor se aleje de esa "admiración exagerada" a un vínculo más profesional.
Luis Eduardo García lo demostró al compartir su afición por las Chivas de Guadalajara y su gusto por la música de Sepultura, y asegura que lo único difícil de escribir solo es el querer vivir de ese oficio, "no tiene mayor dificultad su te gusta hacerlo", dijo a los estudiantes.
Pero cuando lanza preguntas sobre libros, el silencio nuevamente invade el salón, otra vez el choque con la visión institucionalizada de la poesía y de la literatura en general, un asunto rígido que solo es un don de los dioses, una brecha que espera acortar en la FIL del próximo año y demostrarles a los jóvenes que "siempre es fácil escribir poesía... todo es verso" como dice uno de sus poemas.