Publicidad
Publicidad

Xcambó, prueba de que el conocimiento maya se inscribe sobre roca

El número de escalones en pirámides construidas por los mayas coincide con la cifra de días que componen un año
mar 18 diciembre 2012 10:54 AM

Las esquinas redondas de sus edificios y la constante referencia numérica en escalones y planchas, destacan entre las pirámides que conforman la zona arqueológica de Xcambó, localizada a unos 40 kilómetros de Mérida, en Yucatán.

Manuel Xijum, quien se ostenta como sacerdote maya y realiza ceremonias y rituales, como la plantación de árboles a manera de ofrenda a la tierra, dijo a CNNMéxico que estos elementos hacen suponer que el sitio pudo ser un centro de enseñanza del ciclo o calendario lunar de los mayas.

"Aquí hay un área como si fuera un cuarto menguante —fase de la luna cuando desde la tierra se ve solo la mitad del astro—", afirma señalando una de las esquinas redondeadas. "Es posible que esta pirámide, que esta área haya sido construida para el estudio del ciclo lunar, para estudios del calendario lunar", agrega mientras cuenta las 29 piedras que conforman una de las paredes del edificio.

Xcambó se localiza a unos dos kilómetros de la costa norte de la península yucateca. Está rodeado por abundante vegetación selvática y pequeños esteros.

Guillermo Bernal, investigador del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a CNNMéxico que para los mayas, el mes lunar iniciaba con la primera aparición del astro en su fase creciente y duraba hasta el momento de su desaparición que en promedio ocurría cada 29.53 días.

"El calendario lunar maya consta de 260 días, los mayas alternaban los períodos lunares ente 29 y 30 días para alcanzar esta cifra", precisó Bernal al dar cuenta de la exactitud con la que esta civilización midió el tiempo.

Publicidad

El investigador agrega que esta civilización empleó en varios de sus sitios ceremoniales referencias a sus calendarios solar y lunar a través del número de escalones colocados en los edificios ceremoniales.

"Se trata de estructuras conocidas como radiales porque cuentan con escalinatas en los cuatros costados", precisó al citar como ejemplo el templo de Kukulkán, en Chichen Itzá , que tiene 81 escalinatas por cada costado, que suman un total de 364 escalones, además del "gran escalón", que da un total de 365, cifra que coincide con el número de días del calendario actual.

El nombre de Xcambó significa "cocodrilo celestial" o "trueque". La gran plaza central y algunas investigaciones del sacerdote maya lo llevan a afirmar que este fue un gran centro de comercio, pero también de enseñanza y entretenimiento.

"Los mayas fueron muy observadores del cosmos, ellos nos dejaron legados a través de los edificios, nos dejan enseñanzas a través de los edificios y nos dan claramente alineaciones que pocos podemos ver", dice Xijum.

Dos edificios colocados frente a frente dan idea de que fueron construidos como espacios de entretenimiento, según las observaciones del sacerdote. En uno de ellos aún persisten muros que dividen pequeñas estancias, quizá camerinos que fueron usados por los artistas que, al cruzar la plaza, subían cinco escalones antes de llegar al basamento de amplia plancha.

Carlos Álvarez, arqueólogo adscrito al Centro de Estudios Mayas de la UNAM, explicó a CNNMéxico que este sitio destaca por ser una de las poblaciones mayas más antiguas de las que se tenga registro.

Agrega que el sitio es reconocido, además, por ser uno de los centros salineros más importantes de la época prehispánica y que llegó a controlar incluso varios puertos de la zona.

El sistema numérico maya es vigesimal y el cinco constituye una de sus bases. Esta civilización usó los números para medir el tiempo y no para hacer cálculos matemáticos, según los investigadores.

No te pierdas de nada
Te enviamos un correo a la semana con el resumen de lo más importante.

¡Falta un paso! Ve a tu email y confirma tu suscripción (recuerda revisar también en spam)

Ha ocurrido un error, por favor inténtalo más tarde

Publicidad
Publicidad