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Un autocinema en la Ciudad de México proyecta la nostalgia del celuloide

Con tu auto, malteadas, una pantalla con clásicos de Hollywood y otras sorpresas, un local en el DF transporta al pasado a sus visitantes
lun 25 marzo 2013 09:33 AM

Antes de que anochezca, una fila de automóviles va llenando poco a poco el área terregosa del Coyote, el único autocinema de la Ciudad de México. Las bocinas hacen sonar Beat it, de Michael Jackson y una pantalla gigante emite viejos comerciales de dos o tres décadas atrás. Algunos se arremolinan en la cafetería y otros miran el atardecer desde la Lovers Line, un espacio para disfrutar de la noche.

Hace treinta años, los amantes del cine al aire libre iban a Ciudad Satélite, el primer suburbio de la capital mexicana. Ahora van al Autocinema Coyote, un proyecto de cinco amantes del cine. Todos son jóvenes -tienen entre 25 y 30 años-, así que nunca fueron a uno de estos cines, pero escucharon las historias de sus padres y decidieron revivirlos.

Le pusieron Coyote porque su primera ubicación estaba en la zona de Coyoacán, al sur de la ciudad y porque “Coyote también es un elemento del folclor mexicano que tiene que ver con la luna, con la noche, con el aullido”, explica Isaac Ezban, uno de los socios.

Ezban dice que la mayor parte de los asistentes tiene entre 16 y 30 años. Juan Carlos Huerta, ingeniero de 24 años, ya es un cliente frecuente, "me encanta el estilo y el hecho de que pasen películas viejas pero muy buenas”, dice.

Esta noche vino a ver Forrest Gump , protagonizada por Tom Hanks en 1994. Huerta dice que quien viene a este lugar no se puede perder las malteadas de vainilla. Y en efecto, en la cafetería son las más solicitados, además de las hamburguesas, las palomitas y las papas fritas. Un menú clásico de los autocinemas de las décadas de 1950 o 1960.

Huerta disfrutará gratis esta función, pues ganó entradas en una promoción realizada por el autocinema en redes sociales, de lo contrario, hubiera pagado 200 pesos por la entrada del auto, el mismo precio si es un persona o es un autosardina. Los miércoles los autos clásicos entran gratis y los jueves "son de motos".

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En algunas proyecciones, como la de Zombieland, los socios venden comida ad hoc a la película. En esa proyección, por ejemplo, hubo twinkies - que en Estados Unidos ya no existen -, un símbolo de la cinta.

Liliana Fernández, de 25 años, viene por primera vez: “Me encantó el lugar. No es de mi época, es lo que ves en la tele y en las películas y así, pero estar aquí está muy padre, solo había visto esto en Vaselina”.

Romance y terror, las más taquilleras

Vaselina, de 1978, ha sido una de las películas más taquilleras que han proyectado, dice Marcela Mercado, otra de las socias fundadoras, al recordar que se agotaron los boletos.

Disfrutar de una película no es la única actividad por la que acuden los cinéfilos al Autocinema Coyote. Suelen hacer otras actividades, como concursos de baile o performances, por ejemplo, durante una función de El Exorcista una chica corría entre los autos gritando, cuenta Pamela Arellano, una asistente al lugar.

Otros filmes con mucha demanda han sido 500 días con ella, Across the Universe y El Resplandor, comenta Mercado. Terror y romance.

“Son películas clásicas, no son de estreno porque nuestro concepto es retro y queremos que la gente que viene tenga una experiencia de los 50 o los 60. Queremos darles también películas que no vieron en una gran pantalla”, dice Ezban.

Hay un equipo de programación que se encarga de categorizar las próximas exhibiciones, que seleccionan entre las propuestas que votan sus seguidores en redes sociales. En cartelera reciente han tenido The Wall o Amelie. Y para lo que resta de este mes tendrán la trilogía de Cinema Paradiso, Saturday Night Fever, Gremlins y Alien, entre otras.

El autocinema, ubicado al poniente de la Ciudad de México en la salida de la carretera a Toluca en Santa Fe, tiene capacidad para 160 autos y ofrece además espacios tipo loft para quienes prefieran disfrutar de la función mientras comen o conviven con su familia. 

No sexo, no drogas

Los primeros autocinemas nacieron en Nueva Jersey, Estados Unidos. Por el año de 1933, Richard M. Hollingshead instaló el primero con una idea más familiar, pero después de la década de 1950 las parejas hicieron de estos espacios su lugar de citas.

A René Cejudo, un hombre de 51 años, no le tocó esa época, pero en México, cuando tenía menos de 20 años, iba al Autocinema Satélite.

“Hoy vengo con mi mamá y con mi hija, pero antes iba con las novias. Era muy romántico, ni veíamos las películas, decir ir a un autocinema era sinónimo de ir a echarte un faisán (besos y caricias intensas)”, dice.

En el Autocinema Coyote hay constante vigilancia para evitar que los asistentes tengan sexo o consuman droga, cada línea de autos es vigilada y no se valen los cristales empañados.

Tras llenar el área terregosa, los ocupantes de los autos se acomodan. Una mujer en un Mini Cooper se recarga en su asiento, con un bote de palomitas. Una pareja pone atención desde un taxi. ¿Todos listos? La función está por empezar.

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