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La psicología de los productos ‘milagro’

Los mexicanos con sobrepeso e hipertensión ya son 17 millones y buscan soluciones inmediatas; más de 4 millones también padecen diabetes y la reacción es consumir productos que los ‘salven’.
jue 03 marzo 2011 06:01 AM
La publicidad en radio y TV magnifica el efecto porque hace alusión a todo tipo de maravillas. (Foto: Photos to go)
medicina peso (Foto: Photos to go)

En México, la cifra de personas con obesidad e hipertensión supera los 17 millones, de los cuales más de cuatro presentan diabetes, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Esta población podría ser un ‘blanco perfecto' para quienes ofrecen soluciones ‘mágicas' que devuelvan la salud. Sin embargo, los ' medicamentos milagro ' pueden ocasionar un alto costo al bienestar de la persona, porque no siguen el proceso de investigación que fundamente su eficacia y seguridad, como ocurre con los fármacos patentados, señala el jefe del Laboratorio de Desarrollo de Medicamentos del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Rodolfo Rodríguez Carranza.

Si parecen opciones 'demasiado buenas para cumplirse en poco tiempo', como reducir de peso sin esfuerzo, la pregunta es por qué la gente los compra. "La respuesta tiene varias connotaciones, desde el precio hasta el anhelo de tener los resultados que se muestran en forma espectacular en los medios de comunicación", dice el médico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Fernando Noriega. 

José de Jesús González Núñez, presidente del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, describe la psicología de los productos' milagro' . "Éstos tienen una estrecha relación con los pensamientos mágicos de las personas, es decir, un cúmulo de anhelos y sueños que se viven a nivel imaginario cuando existe algún temor o (la persona) atraviesa por una situación complicada, acompañada de cierta dosis de depresión. Los pensamientos mágicos suelen dirigirse a eventos imposibles, como eliminar al jefe que nos atormenta y  bajar de peso sin mayor esfuerzo".

Alguien que, por ejemplo, ha subido demasiados kilos ve impactada su autoestima. Si escucha en un medio (de comunicación) sobre un producto que en poco tiempo te hace lucir como antes, "no lo piensa dos veces y lo compra; la sociedad vive una época en que quiere respuestas inmediatas a problemas que, generalmente, requiere de más disciplina tratar", expresa Noriega.

Detrás de la ‘maravilla'

Los productos milagro, dice González Núñez, siempre han existido. Anteriormente se vendían en las plazas públicas y mercados; ahí se vendían las tradicionales pomadas que alivian todo tipo de males, o los shampoo que hacen crecer el cabello. Ahora la publicidad en televisión y radio magnifica el efecto porque hace alusión a todo tipo de maravillas, con resultados que "se plasman en testimoniales de carne y hueso, cuyos cuerpos torneados y musculosos no dejan duda de la efectividad de los nuevos elíxires", comenta el especialista.

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Este engaño, agrega, es captado por personas que carecen de una fuerza de voluntad sólida y que "no han hecho nada para cambiar su situación". El problema es que el individuo que atraviesa por un periodo depresivo y está desesperado, capta esos mensajes como una solución que remediará 'mágicamente' su problemática, aunque -dentro de sí- sepa que lo prometido no es real.

En la persona desesperada -obesos, hombres con disfunción eréctil, sin cabello, por mencionar algunos casos- su mente opera como si fuera un enfermo grave: "Los desahuciados ante lo irremediable acuden a soluciones que les permitan mantener una ilusión", explica el investigador.

Sucede más o menos igual con la gente que consume los productos mágicos, quieren una respuesta rápida y con resultados, pero al final lo único que conseguirán es ampliar la frustración "al ver que la promesa no se cumplió", advierte González Núñez.

Los también llamados ' medicamentos de frontera' son un éxito porque su publicidad ofrece maravillas terapéuticas, añade Rodolfo Rodríguez. "Pero hay que extremar cuidado", la publicidad de éstos contiene irregularidades, como la ausencia del permiso sanitario,  falta de señalamientos y contraindicaciones, y son recomendados por médicos que generalmente son charlatanes, advirtió Lucio Lastra, comisionado de Operación Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en la ponencia 'Prescripción basada en la evidencia y la presencia de los productos milagro', realizada por la UNAM.

Los candidatos

José de Jesús González menciona que la gente más propicia a consumir estos productos son quienes sufren de sobrepeso o enfermedades crónicas, y atraviesan por un periodo difícil. "A todos nos gustaría que nuestros problemas se solucionaran sin esfuerzo, de forma mágica, pero sabemos que eso casi nunca sucede". Por ello, la persona debe trabajar para alcanzar esas metas y "si de plano no puede cambiar algo de su físico, lo aceptará y aprenderá a vivir con ello".

Los médicos deben "asesorar a los pacientes, haciéndoles ver que un buen resultado no llega solo, sino con esfuerzo y disciplina, aunque es el paciente quien debe trabajar por conseguir cambios", agrega Noriega.

Jesús González detalla que esas soluciones "prodigiosas" hacen uso del efecto placebo, por ejemplo, "aquella señora que no podía conciliar el sueño y su médico le dio unas pastillas ansiolíticas, con las cuales pudo dormir, aunque el medicamento estaba compuesto por azúcar". Tanta fe se deposita en esa solución, que la persona obtiene algún resultado. "Eso sucede algunas veces con los medicamentos milagro", pero son muy pocas ocasiones, afirma. 

El ex titular de la Cofepris, Miguel Ángel Toscano, confirmó -mientras estaba aún en funciones- que en los próximos días se dará a conocer el nuevo reglamento de publicidad para los llamados productos milagro y para medicamentos, alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas , servicios de salud y dispositivos médicos.

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