'The Get Down' contagia energía a la historia del hip-hop en Netflix
The Get Down es conceptualmente muy simple y contiene una historia sobre la búsqueda de la fama en un paquete poético, casi lírico. Al tratar de conservar el estilo de uno de sus creadores (Baz Luhrmann, director de Moulin Rouge), también es un tanto caótica, pero su energía contagiosa, sus talentos jóvenes y su ambientación son grandes ventajas.
Francamente, el drama que se desarrolla detrás de cámaras (y la historia sobre cómo el presupuesto para el proyecto creció estratosférica y misteriosamente y se volvió uno de los más costosos de Netflix ) es, de cierta forma, tan interesante como la serie en sí. Pero si juzgamos estrictamente los méritos de los tres primeros episodios, Luhrmann (quien dirigió el estreno de 90 minutos) y el dramaturgo Stephen Adly Guirgis (el otro creador de la serie) conjuraron un drama musical más enérgico que Vinyl, la propuesta reciente de HBO que parecía la ganadora más probable solo por su pedigrí creativo.
The Get Down entrelaza hábilmente la música de la década de 1970 a lo largo de la serie y empieza en 1976, con una estrella del rap en Nueva York. La historia hace un flashback al sur del Bronx de 1977, cuando estaban de moda los peinados esponjosos, la música disco estaba en su apogeo y el hip-hop acababa de nacer.
A pesar de que hay un surtido disperso de personajes, The Get Down trata fundamentalmente sobre un chico y una chica. Ezekiel (Justice Smith) escribe letras poéticas con la esperanza de conquistar a su amada Mylene (Herizen Guardiola), una adolescente criada en un ambiente religioso que ansía volverse "la siguiente Donna Summer" y podría hacerlo porque tiene una voz increíble.
Poco después, Ezekiel conoce a un rapero y artista del grafiti que se hace llamar Shaolin Fantastic (Shameik Moore), con quien forja una relación forzada y un tanto tentativa de compositor y artista. Shaolin lleva a regañadientes a Ezekiel y a sus amigos ñoños al Get Down, un foro clandestino a cargo de Grandmaster Flash (Mamoudou Athie), uno de los personajes de la vida real cuyo camino se cruza con el de los personajes ficticios.
Jimmy Smits y Giancarlo Esposito llegan como adultos a la vida de Mylene. Smits hace el papel de su tío, un concejal corrupto; Esposito, su padre, es ministro y el medio por el que se vislumbran la política y las costumbres de la época, así como la inquietud que despiertan las fuerzas musicales nacientes en la generación mayor.
No obstante, la atención se centra bastante en el grupo de jóvenes y Luhrmann y sus colaboradores (entre ellos Nelson George, historiador del hip-hop; Nas, y el ya mencionado Grandmaster Flash) han hecho un trabajo espléndido al elegir al elenco; particularmente parece que Guardiola está destinada al estrellato.
La música palpita a lo largo del proyecto y da a The Get Down un corazón aun cuando se desvía hacia tomas míticas, extrañas y surrealistas e incluso a algunas ligeramente gratuitas. Cuando los chicos logran entrar a un club llamado Les Inferno, Disco Inferno suena a todo volumen en el fondo. Cuando Mylene habla de Donna Summer, la acompaña el himno de la reina del disco, Bad Girls.
Aunque no es particularmente sutil, la música sirve como una especie de taquigrafía para contar la historia. También ayuda a que The Get Down transmita un fuerte sentido de tiempo y lugar, mismo que se extiende en el vestuario o en los comentarios sobre volver a ver Star Wars. Sin embargo, está arraigada en la historia atemporal y universal de estos chicos y sus sueños.
A diferencia de lo acostumbrado, Netflix dividirá los 12 episodios en dos series de seis episodios simultáneos, a consecuencia del tortuoso itinerario de producción del programa. Como estas ráfagas de actividad provocaron que se acumularan los excedentes presupuestarios, es probable que se necesiten varios equipos de peritos en contabilidad para determinar el éxito comercial del proyecto.
No obstante, The Get Down podría tocar las fibras de un conjunto de suscriptores de Netflix (al que no se ha atendido con los otros programas originales) a través de la conjunción del elenco predominantemente afroestadounidense y latino con la música y la nostalgia. Según las difusas reglas del juego de la televisión premium, esa es una de las formas en las que nace una estrella del streaming.
The Get Down se estrena el 12 de agosto en Netflix.