Carlos Hank González, el nieto pródigo
Cuando murió Carlos Hank González, el legendario político y empresario mexiquense que fue pilar del Partido Revolucionario Institucional (PRI), todo mundo supo quién era el miembro de la familia más allegado al ‘Profesor’.
Durante el velorio, su nieto Carlos, entonces de 30 años, asumió el rol de hombre fuerte del clan: estuvo todo el tiempo junto a su abuela, María Guadalupe Rhon García, y recibió a los miles de personas que acudieron al rancho de los Hank en Santiago Tianguistenco para dar el último adiós al patriarca del PRI, aquella tarde de agosto de 2001. “Era interesantísimo sentarte a platicar con él y a mí me encantaba, me pasaba los días con él”, recuerda Carlos Hank González. “Lo que más le aprendí fue el don de gente, la manera de tratar a la gente”.
Hoy, a ochos años de distancia, aquel joven (homónimo de su abuelo paterno) refrenda su liderazgo dentro de su familia. Con 38 años de edad y casi dos metros de altura, Carlos Hank González es hoy el banquero más joven de México y se consolida como el capitán de los negocios del clan.
Carlos dirige los dos consorcios fundados por su abuelo: Grupo Financiero Interacciones, encabezado por un banco enfocado en dar crédito a gobiernos locales y obras de infraestructura; y Grupo Hermes, que abarca dos constructoras, una operadora de carreteras, un fabricante de calderas y una distribuidora de autos Mercedes-Benz.
Interacciones y Hermes figuran en el listado de las 500 empresas de Expansión (en los lugares 235 y 258, respectivamente) y generan ingresos conjuntos por más de 10,000 millones de pesos. Y a decir de analistas, ambos nichos (financiamiento a estados y municipios, y construcción de infraestructura) tienen potencial, pues han probado su resistencia a la crisis y serán beneficiados por el plan anticrisis del gobierno que impulsará la infraestructura.
El nuevo líder del clan
Con una licenciatura en Administración de Empresas por la Universidad Iberoamericana y una especialización en Finanzas, Carlos Hank González es un personaje distinto entre su familia. Miembro de la tercera generación de la familia, se inclina más por los negocios que por la política, a diferencia de su abuelo, el Profesor Hank, y de su polémico tío Jorge Hank Rhon, ex alcalde de Tijuana.
Hank González también tiene a un coloso de los negocios como abuelo materno. El ejecutivo es nieto de Roberto González Barrera, el accionista mayoritario de Gruma y Grupo Financiero Banorte, mejor conocido como ‘Don Maseco’.
El Profesor Hank y González Barrera eran amigos cercanos y se volvieron consuegros cuando sus hijos Carlos Hank Rhon y Graciela González Moreno se casaron. De esa unión nació Carlos, quien afirma que su mentor en los negocios es su padre, Carlos Hank Rhon, presidente del consejo de Interacciones y Hermes.
Banco Interacciones es la pieza más importante del grupo financiero, compuesto también por una aseguradora, una casa de bolsa y una operadora de fondos de inversión. Es el noveno banco del país y aunque su volumen de operación es pequeño comparado con el de los grandes bancos, el año pasado, los superó en crecimiento de cartera de crédito (30%), margen financiero (57%) y utilidad neta (75.5%). En 2008, obtuvo ganacias por 528 millones de pesos (mdp).
“Establecimos un modelo en donde definimos claramente los nichos (de mercado) en los que mejor podemos competir”, explica Hank. “Eso ha sido la clave del crecimiento”.
Su seguridad al hablar del negocio financiero y su manejo de cifras de memoria, contrastan con su imagen jovial: en medio de su amplia oficina no hay pinturas ni esculturas antiguas, como en las de otros banqueros, sino una réplica a escala de un Ferrari Testarossa. Es aficionado a los autos, practica la equitación y asiste a varios eventos sociales.
Desde 2003, Banco Interacciones se ha dedicado a dar créditos a gobiernos estatales y municipales, proyectos de infraestructura, agronegocios y operaciones de factoraje para proveedores del sector público y paraestatales. Casi 62% de su cartera de crédito son créditos gubernamentales.
“Interacciones está en un nicho de mercado muy definido, lo que llamamos tailor-made (a la medida), y eso lo hace más fuerte para enfrentar el credit crunch, ya que se concentra en dos sectores que el gobierno federal ha apuntalado para hacer frente a la crisis”, dice René Ibarra, analista de instituciones financieras de Fitch Ratings.
“Cada municipio tiene sus necesidades y varían mucho de uno a otro; entonces, lo importante ahí es entenderlas y, de acuerdo con eso, diseñarles su traje a la medida”, explica Hank.
A pesar de pertenecer a una legendaria familia del PRI y declararse como priista de hueso colorado, otorga crédito a gobiernos de otros partidos. Entre sus mayores clientes figura el estado de Jalisco, gobernado por el PAN, que en 2007 tenía créditos por 689 millones de pesos. “Una cosa es el negocio y otra la política; no se deben mezclar”, añade. No es que no le guste la política, pero por ahora, dice no estar interesado en ningún cargo de elección popular.
Cinco meses en Banorte
Hank González ha tenido un rápido ascenso en Interacciones, compañía que surgió como grupo financiero en 1992, a partir de la casa de bolsa Corporación Mexicana de Valores, que los Hank adquirieron en 1981.
En 1993, a los 21 años, se inició como ejecutivo en la mesa de mercado de capitales de la casa de bolsa; un año después, encabezó la apertura de Automotriz Hermer, la primera distribuidora de autos Mercedes-Benz que llegó a México. En 1995, cuando se devaluó el peso, Carlos regresó al grupo, “para ayudar a salvar el negocio”. El banco, que atendía a grandes empresas, fue impactado por la crisis.
Poco a poco, asumió las direcciones de las unidades de negocio hasta que en octubre de 2000, a los 29 años, fue nombrado director general de Grupo Financiero Interacciones. Su padre siguió como presidente del consejo. Hank Rhon tiene 70% de las acciones del grupo, su hijo, casi 12%.
Hank González fortaleció la situación financiera del grupo con inyecciones de capital. Luego llevó a cabo el “plan para un crecimiento superior”: un maratónico trabajo de equipo para identificar los nichos de operación, seleccionar las estrategias de mercado y capacitar al equipo.
La estrategia funcionó: el banco se fortaleció con su perfil actual de prestamista de gobiernos locales y obras de infraestructura. En 2003, hubo un proyecto de fusión entre Interacciones, presidido por su padre, y Banorte, el grupo financiero de su abuelo materno. Durante cinco meses, Carlos fue director general adjunto de Banorte y trabajó al lado de González Barrera, visitando sucursales y supervisando gerentes. Al final, no hubo acuerdo entre las partes y Hank González volvió a dirigir Interacciones.
En 2006, lanzó el ‘Plan 3 X 3’, un ambicioso programa que buscaba multiplicar por tres los activos, las utilidades y el capital del grupo en tres años. La meta se cumplió antes.
Atentos al plan anticrisis
Desde enero de 2008, Hank González dirige también Grupo Hermes, el consorcio industrial con el que complementa su estrategia de financiamiento y construcción de infraestructura.
Hermes abarca una constructora, Grupo La Nacional, que a su vez comprende las empresas La Nacional y La Peninsular, que construyen presas y carreteras. Una tercera compañía, Hermes Infraestructura, es concesionaria de carreteras y plantas de tratamiento de aguas; y una cuarta firma, OASA, es operadora de tramos carreteros.
Hermes participa en cinco grandes obras de infraestructura. Construyó la presa El Cajón en conjunto con ICA, y ahora participa en la construcción de la presa La Yesca. En 2008, La Nacional obtuvo la concesión para construir el libramiento de Irapuato (1,300 mdp de inversión); y en enero ganó el proyecto del libramiento Chihuahua (con 1,600 mdp de inversión). También construyó la carretera Morelia-Salamanca (1,100 mdp de inversión), y sobre la que OASA ganó la concesión por 30 años.
Según Hank, este año habrá más oportunidades, debido al arranque de obras públicas como parte del plan anticrisis del presidente Calderón. “Afortunadamente son muchos los proyectos que vemos tanto a nivel federal como estatal”.
Sin embargo, también existen riesgos potenciales para Interacciones. “Su problema, como el de casi todos los bancos pequeños y medianos, es que también depende del fondeo interbancario y por ello podría verse afectada su rentabilidad”, advierte Eduardo Uribe, de Standard & Poor’s.
Algunos analistas explican que, de ser necesario, la casa de bolsa podría sacar las castañas del fuego. Cuando han requerido fondeo, lo han obtenido a través de ella. No obstante, para 2009, se espera una leve caída en el crecimiento de Interacciones: “Van a seguir creciendo, pero no al mismo ritmo que en los últimos dos años”, dice Ibarra, de Fitch.