Plan de refinería pone en aprieto a Tula
Era un día de júbilo para esta pequeña y olvidada ciudad a 82 kilómetros del Distrito Federal. Caía la tarde gris del martes 14 de abril, que junto a las chimeneas de la refinería Miguel Hidalgo y las fábricas dibujaban un cielo cenizo, a punto de desgajarse en aguacero. La televisión local transmitía en vivo el anuncio de Pemex sobre dónde instalaría su nueva refinería.
“Ya es oficial: en Tula será la nueva refinería”, confirmó el conductor del noticiero local Arturo Mejía, apenas pasadas las 13:00 horas. “Estamos muy, muy contentos”, dijo emocionado y convocó a sus televidentes a un festejo improvisado en el centro de la ciudad.
Al filo de las cinco, llegaron los primeros parroquianos. Caras felices y un dejo como de triunfo deportivo flotaba en el ambiente: el presidente municipal, Rodolfo Paredes, enviaba mariachis; cantantes locales entonaban acordes sobre la plaza principal; el bar Hoyo 19 del hotel Real del Bosque ofrecía un descuento de 20% en el consumo de esa noche.
La inversión de 9,123 millones de dólares que implica la segunda refinería de la zona entusiasma a todos los tulenses. “Esto nos conviene. Va a haber mucho trabajo, que es lo que más necesitamos”, dice David Aguilar, un mesero de 23 años que trabaja en un restaurante del centro. “Estoy muy contento, sin duda, será un impulso económico muy fuerte para todos”, coincide Elías Pérez, un vendedor de 42 años. “No vas a encontrar a nadie en desacuerdo aquí en Tula”.
Pero, más allá de la algarabía, habrá serios desafíos de infraestructura para esta pequeña urbe de 120,000 habitantes. El gobierno de Hidalgo estima que durante su construcción, la nueva refinería generará 18,000 empleos directos y hasta 54,000 indirectos; es decir, en cinco años, la población flotante de Tula crecerá entre 15 y 45%. Un reto mayúsculo.
Una cara diferente
“El rostro de Hidalgo va a cambiar con la nueva refinería de Pemex”, reconoce el gobernador de la entidad, Miguel Ángel Osorio Chong, en entrevista. “A lo mejor tenemos que pensar en otras carreteras, pero, sobre todo, debemos de pensar en los servicios, restaurantes, hoteles. Tenemos que buscar inversiones urgentes, muy necesarias para llevar este proceso”, añade el mandatario.
La ciudad sólo cuenta con dos autoservicios –una Bodega Aurrerá y un Mercado Soriana– y nunca ha tenido un centro comercial o un teatro.
A decir de Osorio Chong, la zona de Tula no enfrentará problemas de suministro de agua, energía o vivienda. “Tenemos suficiente energía y agua, incluso ahí junto en el municipio de Atotonilco de Tula estamos haciendo una ciudad bicentenaria que va a tener hasta universidad”.
Tula cuenta con varias ventajas que le ayudaron a ganar la sede para la nueva refinería, como su avanzada infraestructura carretera y su cercanía al Valle de México, uno de los principales centros de consumo de combustible. Pero existen también varios rezagos más allá de la oferta de servicios. Según Rodrigo Gallegos, coordinador de estudios de zonas urbanas y estados del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el mayor reto para Tula estará en el transporte urbano, rubro en donde ha calificado muy bajo.
“Tampoco se ha invertido en tecnologías de la información, el turismo no está desarrollado, pocas de sus fábricas están certificadas como limpias y su porcentaje de habitantes con estudios superiores y mano de obra calificada es bajo”, añade Gallegos.
Sin embargo, el experto del IMCO ve con buenos ojos la instalación de la nueva refinería en Tula: “Hay también muchas ventajas, como su vocación industrial y energética, sus comunicaciones y la cercanía a las grandes ciudades”.
La refinería verde
La euforia que ha generado el proyecto llama la atención, dice David Shields, analista del sector energético. En otros países, la sola mención de construir una refinería se toparía con la respuesta: Not in my backyard (no en mi patio), de los habitantes y autoridades locales. Pero en Tula es diferente.
Basta con llegar a la ciudad para saber que los tulenses han crecido entre grandes plantas industriales. Aquí están las cementeras Cruz Azul, Cemex, Lafarge y Holcim Apasco, una termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la hulera Galgo, la textilera Zaga y la panificadora Bimbo, entre otras empresas.
Pero la más notoria desde 1970 es la refinería Miguel Hidalgo. Los uniformes color beige de los petroleros son parte del paisaje cotidiano de la ciudad.
“Hay realmente una cultura industrial, y sobre todo un carácter emprendedor, de muchos años en Tula”, explica Arturo Mejía, el conductor local de televisión. “Y en este caso, hacen un balance y parecen ver que son más los aspectos positivos que los negativos”.
La zona industrial de Tula es una de las más contaminantes del país. En 2006, la procuraduría ambiental del Estado de México denunció que las termoeléctricas, las refinerías y las industrias del corredor de Tula son las principales fuentes de contaminación que se registra en el Valle de México: de 70% de las partículas menores a 10 micras (PM10) y de dióxidos de azufre (SO2).
Pemex sostiene que la nueva refinería –que tendrá una capacidad de producción de 300,000 barriles diarios– será de vanguardia en términos técnicos, tecnológicos y de impacto ambiental. Todos los productos destilados serán de ultrabajo azufre y se aprovecharán insumos residuales (como el combustóleo) de la refinería actual y otros complejos.
Alberto y César López Torres, operario y mecánico, respectivamente, de la refinería Miguel Hidalgo, son hermanos y viven en la Unidad Habitacional Pemex, la mayor colonia petrolera en Tula. Ambos afirman que la nueva refinería tendrá un nivel de emisión muy bajo y ayudará a que la Miguel Hidalgo contamine menos.
Tanto el gobierno de Osorio Chong como las autoridades locales hacen hincapié en el tema. Paredes, el presidente municipal, se refiere al proyecto como “la refinería verde”.
El funcionario ve la adjudicación de la nueva refinería a Tula como un tema de justicia. “Con más de 30 años soportando la contaminación (de la refinería Miguel Hidalgo), ya era justo que nos instalaran una verde”, dice Paredes.
Así parecen entenderlo muchos en esta ciudad, pero no todos están de acuerdo. Para Lucía Barrera, dependienta de 36 años, la nueva refinería sólo traerá mayor contaminación, congestión, prostitución y otros azotes a su calidad de vida. “Yo no entiendo qué festejan –dice en alusión a otros tulenses–. ¿Que nos vamos a morir más pronto?”.
Manos a la obra
El gobierno local ha comenzado a perfilar algunas soluciones a los retos que se avecinan. Paredes presentó un Plan de Desarrollo Municipal ante el cabildo de Tula, que fue aprobado a mediados de abril. El plan prevé incrementar el transporte público, y canalizar los nuevos proyectos de vivienda hacia el norte y el occidente de la ciudad para evitar más congestionamiento en la zona centro.
También prevé construir un centro comercial y un auditorio, y traer a Tula una universidad pública gratuita. Hasta ahora, la única institución de educación superior que tiene la ciudad es la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji. Paredes gestionó con la casa de estudios que se le ofreciera a Pemex impartir cursos y cátedras, a fin de formar técnicos y mano de obra calificada. Propuso también habilitar un andador turístico denominado Quetzalcóatl, para conectar a la zona arqueológica de Tula con el centro de la ciudad. Pese a que en las márgenes se ubican las ruinas de la civilización tolteca, los turistas llegan ahí en autobuses provenientes del DF y se van de regreso, sin pasar por Tula, lo que priva a la ciudad de ese flujo turístico. Sus hoteles son contados.
Ramón Ramírez Valtierra, ex secretario de Planeación y Desarrollo Regional de Hidalgo y quien participó en el proyecto que se presentó a Pemex, advierte que el Plan de Desarrollo Municipal por sí solo no basta, sino que debe complementarse con un plan regional: “Un proyecto como éste requiere de un nuevo plan de desarrollo regional e intermunicipal, pues son varios los municipios involucrados”.
Actualmente, un plan regional es elaborado en conjunto por varios municipios, bajo la directriz del gobierno estatal. Por su parte, el gobierno federal instalará en el municipio vecino de Atotonilco de Tula una macroplanta de tratamiento de aguas residuales para limpiar las descargas del drenaje que llegan allí desde el Distrito Federal.
Plazo de 100 días
Pemex dio al gobierno de Hidalgo un plazo máximo de 100 días para conseguir las 700 hectáreas que se requieren para instalar la nueva refinería.
Osorio Chong ha identificado cuatro polígonos que colindan con la refinería actual como posibles terrenos para instalar la nueva planta. Pero la mayoría de esas tierras pertenecen a ejidatarios, con pequeñas parcelas de cuatro hectáreas cada uno. El funcionario dijo que acampará en la zona si es necesario, con tal de poder adquirir las tierras cuanto antes y donarlas a Pemex.
La mayoría de los ejidatarios no parece tener inconveniente en vender, siempre y cuando “el precio sea justo”.
En contraste con la premura del gobierno estatal, los campesinos se lo toman con calma. Los rumores no cesan entre las parcelas de Teocalco: que si 150 pesos por metro cuadrado, que si 180, dicen otros; hasta 270 pesos, se llega a comentar. Otros especulan con el precio que se les pagó a los propietarios de las tierras que el gobierno adquirió para construir el Arco Norte.
Un ejidatario joven, con sombrero vaquero, comenta a su vecino de parcela: “Dicen que a los de allá arriba, sobre la carretera, les están ofreciendo un millón por hectárea”.
Efrén Rodríguez Sánchez, de 51 años, heredó de sus padres su parcela en Teocalco, la misma que antes había pertenecido a sus abuelos, desde que estas tierras fueran decretadas como Ejido de Tula en 1935. “A mí, si me dan un precio justo, vendo. Compraría más abajo porque son tierras más baratas y seguiría trabajando igual”, comenta Rodríguez.
“Mire, aquí lo que falta es trabajo. Yo tengo un hijo profesionista que está desempleado y si esto ayuda a que eso cambie y trae trabajos, bienvenido sea”, dice.
Pablo Espinoza, ejidatario de Teocalco de 30 años, y Luis Cruz Bravo y Jesús Hernández Caballero, propietarios de El Llano, entre otros, también están dispuestos a negociar.
Mientras los tulenses están a la expectativa, los analistas cuestionan la decisión de Pemex de construir una nueva refinería. “¿De dónde se va a sacar el petróleo para abastecerla?”, dice David Shields al señalar que el declive en la producción de los yacimientos de Cantarell y Ku-Maloob-Zaab estará muy avanzado cuando la nueva refinería opere en 2014.
Shields opina que el gobierno debería dedicarse a terminar de reconfigurar las seis refinerías existentes, lo cual, asegura, debería ser prioritario y más rentable que construir una nueva. Aunque Pemex tampoco se ha distinguido por ser eficiente en la reconfiguración de refinerías.
La reconfiguración de las plantas de Cadereyta y Madero, encargada a la firma surcoreana sk Energy, terminó en pleitos legales y tardó muchos años en concluirse. Algo similar sucedió con la reconversión de la refinería en Minatitlán, a cargo de contratistas españolas y mexicanas. Las obras debieron terminarse hace tiempo.
HIDALGO, EL MÁS SEXY DE TODOS
Por Gisela Vázquez
El gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, no cabe de gusto en estos días, luego de que su entidad ganó la sede para la ubicación de la nueva refinería de Pemex en Tula, superando a nueve estados de la República.
El político priista afirma que el fallo se debe a la ubicación privilegiada y a las nuevas ventajas que ofrece la entidad a la inversión, y no a un "espaldarazo político". Hidalgo ha mejorado significativamente su infraestructura carretera y por ende sus conexiones terrestres hacia la zona centro, las costas y la frontera. "Con el Arco Norte vamos a estar a 40 minutos de Querétaro y a menos de una hora del corredor de Cuautitlán Izcalli", dice el gobernador.
En los últimos dos años, la entidad ha sido una de las que más inversiones ha recibido y también de las que más empleos han generado. Tan sólo el año pasado, Hidalgo captó inversiones por más de 1,200 millones de dólares (MDD).
Como quien muestra orgulloso una boleta de calificaciones, Osorio Chong destaca varias de las obras que están en marcha. En enero, Hutchinson Port Holdings, el mayor operador de puertos del mundo, anunció que construirá una terminal intermodal de carga y un parque logístico en la zona de Tepeji del Río y Atotonilco. La firma de Hong Kong invertirá 230 MDD y generará 10,000 empleos directos y 100,000 indirectos.
En Atitalaquia, la estadounidense Home Depot invirtió 30 MDD para construir un centro de distribución de mercancías, el más grande de la firma en el país. La obra se inauguró a finales de marzo y generó 250 empleos directos y 500 indirectos.
Y en Tepeapulco, en el parque industrial Sahagún, la siderúrgica brasileña Gerdau y su socio mexicano Aceros Corsa anunciaron el año pasado una inversión cercana a 500 MDD.
"Somos el segundo estado que generó más empleos en el primer trimestre (de este año)", presume el mandatario.
NORUEGA MUESTRA CÓMO DEBE HACERSE
Por José Manuel Martínez
Un ejemplo de desarrollo de la industria petrolera de un país en beneficio de su población es StatoilHydro, la compañía estatal de Noruega que se ha convertido en el décimo productor y el tercer exportador de crudo más grande del mundo en poco más de cuatro décadas
Con una participación de 22% en su economía, el petróleo noruego ha logrado establecer un fondo por más de 200,000 millones de dólares que se invierte en todo el mundo para obtener rendimientos en beneficio de los ciudadanos noruegos.
El 4% de ese fondo se destina anualmente a infraestructura y desarrollo para sus 4.7 millones de habitantes, quienes hoy cuentan con un ingreso per cápita de 76,450 dólares, el tercero más alto del mundo.
Noruega es la segunda nación con el mayor Índice de Desarrollo Humano, según la ONU, y ocupa el lugar número 15 en competitividad, según el último ranking del Foro Económico Mundial.
StatoilHydro basa su desarrollo en la extracción de crudo, pero tiene dos refinerías. Una en Mongstad, en el norte de Noruega, y otra en Kalundborg, Dinamarca, con capacidad total para procesar 15 millones de toneladas de crudo al año.