México tarda en explotar hidrocarburos
En 2007, a meses de que Felipe Calderón llegara a la presidencia de la República, presentó una serie de documentos, que llamó Visión 2030, que retrataban su diagnóstico en diversos temas, incluido el energético. Su objetivo más ambicioso era que México estuviera entre los 25 países más competitivos, lo que significaba avanzar más de 30 posiciones.
El documento describe un sector energético con oferta diversificada y precios competitivos; con una regulación eficiente y empresas estatales de clase mundial. Algo que quizá no se logre ni en dos décadas.
Los cambios más importantes en materia energética en lo que va del sexenio de Calderón se realizaron después de una serie de foros donde se mostraron posiciones muy diversas, pero al momento de convertir esas posiciones en ley, los resultados se han quedado cortos. Por ejemplo, los legisladores ofrecieron una reforma energética, pero sólo reformaron el sector petrolero. Una diferencia similar ocurre cuando el gobierno incrementa la capacidad de la única planta nuclear que tiene México, pero al mismo tiempo quiere impulsar las energías alternativas y hasta propone un fondo internacional que financie este esfuerzo.
"En México, no hay política energética", dice un empresario del sector. "Lo único que tiene el gobierno es un documento que dice ser el plan sectorial pero que sólo tiene proyecciones lineales de oferta y demanda".
Más allá de la caída en la actividad económica del país, México seguirá creciendo. Y eso quiere decir que cada vez se va a consumir más energía. ¿De dónde provendrá?
"México tiene que usar sus hidrocarburos como su principal fuente de generación de energéticos y como generador de divisas para el país, de eso no hay duda", afirma Juan Antonio Barges, quien fuera subsecretario de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía durante dos sexenios consecutivos y actualmente es uno de los directores del Instituto Mexicano de Competividad (IMCO).
Barges cree que el país debe aprovechar los sedimentos de petróleo y gas en el Golfo de México y en su litoral, en donde se han identificado áreas potencialmente prolíficas que esperan ser exploradas y explotadas. Esto es conveniente porque el costo económico de cambiar, en el corto plazo, la matriz de abastecimiento energético hacia otras fuentes de energía sería insoportable para las finanzas del gobierno y de las firmas mexicanas.
Las reservas probadas de hidrocarburos en México son de 8 años. En los últimos años si bien Pemex ha identificado y empezado a desarrollar proyectos en distintas partes del país como Chicontepec, Ku-Maloob-Zaap y Crudo Ligero Marino, estos no paliarán la caída de Cantarell y dentro de pocos años la producción de México bajará de 3.1 millones de barriles diarios a 2.5 o 2.3 millones, insuficiente para cubrir las necesidades energéticas.
Ante este panorama, México necesita empezar a explorar y explotar cuanto antes los yacimientos del Golfo de México. Algunos se encuentran en aguas someras y otros en aguas profundas de hasta 2,500 metros de tirante (distancia entre la costa y la exploración). Pemex podría, tras la experiencia de Cantarell, contar con el conocimiento para explorar las aguas someras pero, conforme vaya aumentado la profundidad, la tecnología tendrá que cambiar y se requerirán otros equipos.
Si México planea cimentar su abasto energético en los hidrocarburos es importante que la legislación contemple esquemas de complementariedad en mancuerna con el sector privado. En ningún lugar las empresas toman solas estos riesgos porque son muy altos y pueden repercutir en pérdidas económicas, humanas y ambientales y "México es el único país que no permite la inversión privada en hidrocarburos. ¡Somos los ayatolas!" señala Bárges. Es necesario un tipo de coinversión o de contratación más flexible para disminuir el riesgo geológico, técnico, operativo, humano y ecológico y repartir el riesgo económico. La verdadera oportunidad está ahí.
Con los hidrocarburos en la mira como fuente de abastecimiento energético la Secretaría de Energía instaló el 20 de mayo la Comisión Nacional de Hidrocarburos, creada como parte del paquete de reformas en materia energética que se discutieron y aprobaron en 2008, debe regular y supervisar la exploración y extracción de hidrocarburos. La CNH estará en todo momento alineando la política de hidrocarburos a la Estrategia Nacional de Energía.
Pero esta estrategia no existe. Se conocerá hasta febrero de 2010, cuando el Presidente envíe al Congreso su plan sectorial para los siguientes 15 años.
Reforma eléctrica en penumbra
Las expectativas puestas en febrero de 2010 y en la definición de esta estrategia nacional tienen también en vilo al sector eléctrico. El presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida, evalúa que se debe avanzar en una reforma que permita ofrecer un servicio de calidad sin variaciones de voltaje ni interrupciones. Además de tener una planeación coordinada entre Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
"Si queremos generar empleo tenemos que hacer un sector barato. Ahora es entre 40 y 65% más caro a otras partes del mundo" y, para lograrlo hay que buscar un esquema de precios competitivos que permita eliminar los subsidios del gobierno y evitar el robo de electricidad. Labastida asegura que en el siguiente periodo deberían abordarlo, pero delegando parte de la responsabilidad que le toca al legislativo para emprender este tipo de iniciativas, mantiene la incertidumbre y acusa que el gobierno federal no ha planteado nada en este sentido.
Rubén Camarillo, secretario de esta Comisión, asegura que ya se tiene un avance en el diagnóstico y será este mes de julio cuando esta Comisión empiece a ordenar la información y convoque a los expertos para tener una mejor visión de lo que se necesita hacer en el sector eléctrico.
Ante este panorama, fuentes legislativas aseguran que en la Comisión no se ha avanzado en una reforma para el sector y que al PAN no le interesa tocar los intereses del sindicato porque le tienen miedo.
La energía nuclear
Suponiendo que las decisiones sobre exploración y explotación de hidrocarburos se tomarán correctamente y en el momento preciso, el horizonte de los hidrocarburos como fuente de energía básica no es muy largo. Los más optimistas estiman 50 años de reservas totales.
El reto del sector energético es que al tiempo que se exploran y explotan los nuevos yacimientos de hidrocarburos México reactive su industria nuclear.
La Energy Information Administration de EU, señala que desde 1980 la generación de energía eléctrica/nuclear creció 282% mientras que la generación total aumentó 106%.
Un documento de trabajo elaborado por el IMCO (Participación de la Iniciativa Privada en las Exploración y Explotación de Minerales Radioactivos), afirma que las reservas probadas de Uranio en el país son de 14,600 toneladas métricas (TM); 10,600 son económicamente explotables. Esto es menos de una décima parte de lo que se calcula hay en EU.
El valor de estas reservas, a los precios actuales del mercado, representan más de 2,600 MDD. "Después de los hidrocarburos México tiene que estar en la energía nuclear, pero no ha emprendido ninguna acción para estar preparado", dice Barges.
"México tendría que ser el país que generara la energía más barata del mundo, eso le daría un gran impulso a la competitividad y no lo es porque estamos metidos en el problema de que Pemex es un monopolio de un estado que no tiene recursos para invertir y está atado por demasiados candados legales".
El país llega tarde a la decisión de invertir de manera intensiva y extensiva en el sector energético.