A excepción de los atletas y fisicoculturistas, son pocos los hombres que toman real conciencia de la salud de su cuerpo. Menos aún si se trata de partes tan olvidadas como las mamas, esos órganos atrofiados durante la diferenciación sexual que, pese a no desarrollarse, no están exentos del riesgo de padecer cáncer.
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Si bien es verdad que los hombres con cáncer de mama son definitivamente menos que las mujeres que lo contraen —uno por cada 1,000—, la enfermedad puede ser devastadora en ambos sexos.
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El doctor César Bacelis, jefe de los Servicios de Oncología del Hospital La Raza del IMSS, comenta que la rareza del padecimiento ha impedido que éste se clasifique individualmente en las estadísticas oficiales y, por lo tanto, que se realice un estudio -epidemiológico que esclarezca su incidencia en nuestra sociedad.
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El cáncer mamario masculino es peligroso para los tejidos y vasos linfáticos de la dermis que se encuentran próximos a la glándula mamaria, ya que pueden ser rápidamente invadidos por las células enfermas, extendiéndose la enfermedad hacia la piel y sangre, debido a su falta de volumen —que por el contrario caracteriza a la mama femenina—.
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El cáncer, recuerda el especialista (miembro de la Sociedad Mexicana de Oncología), es una enfermedad mortal que actúa mediante la destrucción de las células y tejidos de diferentes órganos. En sus primeras etapas es asintomático, es decir, no ocasiona dolores ni molestias y sólo se manifiesta por tumoraciones de diversos tamaños, que muchas veces son descubiertos cuando ya presentan un tiempo considerable de evolución.
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No se confunda
-En el aspecto del diagnóstico, el hombre con cáncer mamario cuenta con ciertas ventajas sobre la mujer; en ésta, el volumen de la glándula oculta las tumoraciones. Los hombres, en cambio, pueden detectar los quistes cuando estos empiezan a crecer en algún cuadrante alrededor de la aureola del pezón o bajo la axila. No debe confundirse el cáncer con la ginecomastía, enfermedad que produce el crecimiento anormal de la mama masculina por un exceso de estrógenos y que se puede tratar hormonalmente o mediante la mastectomía.
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Tampoco debe confundirse con la inflamación de las glándulas mamarias, que se da entre los 17 y 18 años en muchos varones como parte del proceso de ajuste hormonal. Normalmente esta afección es muy dolorosa y molesta, pero de fácil curación mediante la aplicación de hielo y antiinflamatorios.
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Hasta ahora, refiere el especialista, la ciencia no ha encontrado las causas que producen el cáncer mamario masculino, aunque algunas publicaciones científicas extranjeras señalan como posibles causas ciertas magulladuras, golpes, lesiones, desajustes hormonales y lunares pigmentados.
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Lo fundamental, considera el jefe de Oncología de La Raza, es crear conciencia en el varón de que él también es susceptible de adquirir el cáncer mamario y evitar que por ignorancia se presente ante al médico cuando ya el mal ha invadido sangre y piel.
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Este cáncer puede ser curable mediante procesos quirúrgicos: se extraen la glándula mamaria y los ganglios de la axila en una operación sencilla que actualmente se cotiza entre $15,000 y $60,000 pesos en hospitales particulares.
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Algunas veces la operación requiere un tratamiento complementario de quimioterapia. El proceso de recuperación es rápido y, a nivel externo, representa una menor carga negativa de autoimagen y emotividad, pues el paciente físicamente se verá igual, sólo que sin pezón y con una herida transversal en el pecho.
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Pero para no llegar a esto, lo mejor es acudir al médico ante cualquier indicio de tumoración bajo la piel. Igual que otros cánceres, en sus etapas tempranas el de la mama puede ser tratado y curado.