En sus épocas de estudiante la inquietud de establecer un negocio propio y conocer las alternativas para desarrollarlo motivó su primer encuentro con las finanzas. Le resultó tan interesante que la idea de convertirse en empresaria tuvo que esperar.
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Estudiar la carrera de administración financiera se convirtió entonces en su prioridad. Su trayectoria laboral inició en Bursamex, en el área de banca de inversión, antes de incorporarse al departamento de Análisis Corporativo de GBM y cursar la maestría en finanzas corporativas en el ITAM.
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"Tener mayor exposición me impulsó a encontrar una oportunidad en alguna intermediaria extranjera", relata Vargas. Su persistencia le abrió las puertas en la firma holandesa ABN AMRO, donde se ganó el respeto de la comunidad financiera por su cobertura de las principales compañías de medios del país. El cambio –asegura– implicó una nueva dinámica, porque la responsabilidad de guiar a inversionistas foráneos que buscan oportunidades en el mercado de valores nacional es mayor.
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En aquel entonces, la inestabilidad del sector modificó el negocio bursátil en todo el orbe. Las oportunidades para los analistas se redujeron y fue necesario explorar otras alternativas. Se enroló en el área de banca de inversión en Société Générale –una de las instituciones más importantes del mundo en su ramo–, donde su enfoque primordial son las finanzas corporativas.
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Vargas –quien se define como una persona independiente, autónoma y emprendedora– considera que el ambiente financiero más que glamour exige una competencia que requiere de preparación constante y búsqueda de oportunidades de negocio. Con seis años de casada, sus planes son crear una familia, seguir escalando posiciones en la empresa donde actualmente labora y llegar a convertirse en una gran banquera de inversión.
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