Se está convirtiendo en costumbre que Holanda despierte pasiones y abra debates. Esta vez una iniciativa de ese país pone el dedo en la llaga de muchas conciencias: equipado con todo lo necesario para practicar interrupciones voluntarias de embarazo, un pesquero funge como clínica en aguas internacionales. Nada ilegal, puesto que la bandera de Holanda convierte al barco en su territorio y, en consecuencia, hace que éste se rija por su legislación. La fundación Mujeres Sobre las Olas, a cargo del proyecto, está buscando apoyo y piensa extender su flota para poder acercarse a las costas de cualquier país en el que el aborto sea ilegal.
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Entre los tripulantes del barco del aborto, nombre con el que se conoce en Europa la peculiar clínica, se encuentran dos médicos holandeses y una enfermera. La iniciativa pertenece a Rebecca Gomperts, quien formó parte del equipo médico del controvertido Rainbow Warrior de Greenpeace.
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