El 8 de julio, el Ciudadano K tuvo la suerte de salir ileso de un accidente. Ése fue el principio del fin. Cuando se juntan la burocracia, las aseguradoras y las financieras automotrices son capaces de convertir la vida de cualquiera en una mezcla de la Divina Comedia y una película de terror. El accidente y la pérdida total de la unidad se convierten en la parte menos dolorosa. Después del accidente acudió a la oficina de su aseguradora, pero el trámite no procedía porque su baja de placas y tres tenencias tenían el número de serie equivocado, un 9 ocupaba el lugar de una “S”. Entre idas y vueltas a la Tesorería del DF y la Dirección de Licencias y Control Vehicular del gobierno capitalino pasaron los meses. A principios de diciembre su trámite continuaba detenido.
- Otra sorpresa se llevó al enterarse de que el seguro le daría sólo $39,000 pesos por un automóvil cuyo precio de compra fue de $79,990, aparte había que restar los $5,000 pesos del deducible.
- Esta historia es común, admite el director de Información y Estadística de Condusef, Héctor Carreón, pues esta instancia recibe diariamente un promedio de 10 quejas en contra de las aseguradoras de autos.