Sobre la colina, junto a la selva y orientado hacia los espectaculares atardeceres del Pacífico, este hotel Gran Turismo es un estupendo ejemplo de la arquitectura mexicana contemporánea. Todas las suites tienen terraza y vista al mar; el complejo ofrece las áreas públicas más grandes de toda la localidad. Es también famoso por sus galardonados restaurantes, sus pisos VIP –con servicio personalizado–, delicadas amenidades en la habitación y concierge.
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No en balde forma parte de La Lista Dorada de la especializada publicación Condé Nast Traveler; en Los Mejores Hoteles del Mundo, América Latina, de la revista Travel and Leisure y fue premiado como Hotel del Año por Classic Custom Vacation en 2001.
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