El secuestrador Andrés Caletri, que tuvo doblegado al sistema mexicano de Justicia entre 1995 y 2000, fue asaltante antes de retener gente. En 1982 estuvo encarcelado por robo en el Reclusorio Sur, donde conoció al asaltabancos Alfredo Ríos Galeana (prófugo desde hace casi 20 años), quien se encargó de perfeccionarle su técnica no sólo para robar, sino para fugarse en dos ocasiones de la cárcel. Las lecciones no pararon ahí, nuevamente fue aprehendido en 1992 y en el Reclusorio Oriente conoció al que lo convertiría en secuestrador, su maestro: Modesto Vivas Ocampo, “El Víbora”. Después de fugarse de ese penal, Caletri se convirtió en el secuestrador número uno. No olvidó enseñarle técnicas a Daniel Arizmendi, “El Mochaorejas”, cuando compartieron el encierro a principios de los años noventa.
- Así funcionan los Centros de Readaptación Social, donde incluso directores y custodios terminan presos por su presunta vinculación en fugas de reos. O donde incluso se sabe siguen operando capos del narco como el jefe del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma.
- En este tipo de reclusorios se dan dos problemas fundamentales: comunicación y reclutamiento, según Germán Alvarado, uno de los abogados penales más prestigiados del país. Las mentes criminales más brillantes tienen comunicación entre sí y planean desde dentro: observan a los reclusos que pueden servirles, que reúnen las características que ellos necesitan. “Entonces, por ejemplo, a un recluso que está a punto de salir, lo ‘invitan’ a que contacte a alguno de los miembros de sus bandas. Una persona que sale de la cárcel, que no tiene trabajo y que le ofrecen ganar $200,000 pesos al mes, por ejemplo, difícilmente rehusará integrarse a las bandas criminales”.
- Uno de los orígenes del problema es de sobrepoblación: en el sistema penitenciario del df es de aproximadamente 42%. La mayoría de la población carcelaria del Distrito Federal se compone de gente pobre que fue detenida in fraganti por un delito menor. Simplemente, no tuvo un defensor de oficio adecuado.
- LAS PROPUESTAS
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- Aislar a los delincuentes de alta peligrosidad.
- Autorizar, previa reforma de la ley, un seguimiento a un reo de alta peligrosidad cuando sale de prisión.
- Facilitar a los internos y a sus familiares la presentación de quejas de corrupción de los custodios y los directores. Éstas deben ser investigadas a profundidad.
- Seleccionar y capacitar adecuadamente al personal penitenciario, al que debe otorgársele salarios y prestaciones justas, de acuerdo con el alto riesgo y responsabilidad de su trabajo.
- Controlar las llamadas al exterior. Bloquear la señal de celulares en el interior de la prisión.
- Privilegiar la educación, el trabajo y el pago de la reparación del daño como requisitos para alcanzar beneficios de libertad anticipada.
- Autorizar visitas sólo de familiares en primer grado.
- Sólo el poder judicial debe decretar una reducción de sentencia.
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Fuentes: Germán Alvarado, México Unido Contra la Delincuencia; Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE); Luis de la Barreda (ICESI).