Hacia el oeste de Viena, sobre la rivera del río Danubio, se encuentra el valle de Wachau, una de las mejores regiones si de tomar fotos se trata.
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Lo ideal para llegar hasta ahí es viajar en auto y disfrutar de los paisajes que se van presentando: elegantes cabañas, vacas que pastan en prados tan verdes que parecen irreales, lagos cristalinos y una parte de Los Alpes.
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Puedes detenerte en Löiben. La pequeña población no cuenta con más de 50 casas y media docena de calles empedradas; no obstante, armoniza tan bien con el paisaje que ha sido escogida como sede de visitas reales a la campiña austríaca. Ahí podrás disfrutar de los galardonados vinos blancos de la región y, si es temporada de caza, comer platillos compuestos de carne de jabalí y venado.
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El príncipe Metternich y la original tarta Sacher
El diplomático forjador de la Santa Alianza sostuvo muchas reuniones en el café del hotel Sacher, durante la formación del Congreso de Viena. Como estaba harto de los merengues de la época, le pidió al repostero que inventara un pastel adecuado para las reuniones de hombres. El resultado fue un clásico cuya receta se guarda celosamente. Por fortuna el hotel envía a través de mensajería el postre a cualquier parte del mundo, empacado en una masculina caja de madera. Se acostumbra acompañar de café con crema batida.
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Vino de uva... podrida
¿Lo tomarías? En Austria está considerado como uno de los mejores del país. Se conoce simplemente como vino dulce noble y encabeza el renacimiento vinícola del antiguo imperio europeo.
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Esta bebida de color ambarino se elabora a partir de uvas blancas de los alrededores del lago Neusiedl, invadidas por el hongo botrytis cinerea. El proceso de putrefacción concentra el azúcar y algunos ácidos. Como resultado se obtiene un sabor consistente, ideal para acompañar postres o quesos fuertes. Comprada a los productores locales, una botella cuesta alrededor de $20 dólares. En México, con suerte, ese precio puede sólo quintuplicarse.