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Pemex Inc.

Falló en Repsol, pero la empresa ya tiene un plan para ir al extranjero a extraer petróleo en aguas profundas y shale gas. Luego, aplicaría en México lo aprendido.
lun 23 enero 2012 11:15 AM
Juan José Suárez Coppel, director general de Pemex. (Foto: Duilio Rodríguez)
1082 picf012a (Foto: Duilio Rodríguez)

En los relajados días entre Navidad y el fin de año 2011, Guillermo Domínguez Vargas no se separó de una gruesa carpeta de pastas blancas llena de documentos con descripciones complejas que muestran los dilemas tecnológicos que hoy enfrenta Petróleos Mexicanos (Pemex).

Domínguez, que trabajó por más de 30 años en la paraestatal y fue el primer empleado en obtener un doctorado en ingeniería petrolera en el extranjero en los 70, usaba el contenido de la carpeta en las discusiones con sus viejos compañeros sobre la situación que hoy tiene la empresa.

Hace tres décadas, como subdirector de Tecnología y Desarrollo, él vivió el descubrimiento de Cantarell, el último yacimiento de petróleo de alto rendimiento de México. "Cantarell no fue un campo fácil, pero lo fue si se le compara con lo que representa hoy producir en aguas profundas", dice.

Uno de los estudios que Domínguez carga en su carpeta tiene fecha de diciembre de 2011 y en él se intenta responder a la pregunta de cómo se puede acceder a la riqueza energética que aún reposa en el subsuelo mexicano. El ex empleado de Pemex es ahora parte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), un órgano regulador que entró en funciones en mayo de 2009 y cuyo mayor logro ha sido arrancar información a Pemex sobre sus operaciones, elaborar comparativos internacionales y hacerlos públicos.

La conclusión del comisionado Domínguez incomoda a la mayoría de los mexicanos: es necesario cambiar la Constitución para que compañías extranjeras vengan con su tecnología, y dinero, a ayudar a Pemex a explorar y sacar los más de 50,500 millones de barriles de petróleo equivalente (BPE) que se estima que existen en el subsuelo mexicano. Más de la mitad de estas reservas (58%) se ubican en aguas profundas del Golfo de México.

Pemex parece ir por otro camino. Durante al año pasado, la petrolera captó los reflectores por su acuerdo y posterior ruptura con la inmobiliaria española Sacyr Vallehermoso que consistía en que ambas aumentaran su participación accionaria en la petrolera española Repsol y así pudieran ocupar más asientos en su consejo de administración. La intención era incidir más en las decisiones de la empresa. Sacyr Vallehermoso empujaba por aumentar el monto de los dividendos de la española, mientras que la ganancia para Pemex sería el acceso a la tecnología que necesita para explotar los yacimientos ubicados en las aguas profundas del Golfo de México.

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Pemex duplicó su participación en el capital de Repsol a casi 10%, un desembolso equivalente a 1,600 millones de dólares (MDD). La operación la hizo por medio de PMI, el brazo internacional de la petrolera, y la financió con créditos otorgados por entidades financieras como Inbursa, del empresario Carlos Slim. Esto impulsó aún más las especulaciones, pues el empresario mexicano es dueño también de 11% del capital de Caixabank, que ostenta 5% de capital de Repsol.

"Buscábamos mejorar oportunidades de colaboración entre Repsol y Pemex para aumentar más rápido nuestra experiencia en aguas profundas y en campos no convencionales", explica Juan José Suárez Coppel, director general de la empresa en una entrevista con Expansión realizada a principios de enero de 2012.

Fluvio Ruiz, uno de los cuatro consejeros profesionales de Pemex y presidente del Comité de Desarrollo e Investigación Tecnológica, dice que lo sucedido con Repsol muestra la urgencia de hacer un plan internacional concreto y preciso. Rogelio Gasca Neri, considerado como el consejero más crítico de la administración actual de Pemex, señala que "lo que hizo Pemex con esta operación no es internacionalizarse, sino especulación financiera al invertir en renta variable", dice.

Más allá del caso Repsol, Pemex está diseñando un plan de internacionalización que le permita aumentar su conocimiento en áreas críticas como la explotación de yacimientos de petróleo ubicados en aguas profundas y la extracción del llamado shale gas. "La tecnología en la industria se hace con experiencia", explica Suárez Coppel.

Pemex ya está en pláticas con varias empresas para hacer inversiones conjuntas fuera de México, en esquemas que podrían parecerse al que ya tiene en la refinería de Deer Park, donde comparte la propiedad en partes iguales con Shell. "Yo espero que antes de que termine el sexenio podamos tener por lo menos una de esas coinversiones", adelanta.

Desde la profundidad

En las aguas del golfo de México hay entre 17 y 18 perforaciones de alrededor de 1,000 metros de profundidad cada una hechas por Pemex. Este año, la petrolera planea invertir 1,000 MDD en seis pozos, los cuales forman parte de los 40 que prevé desarrollar en esta área, según informó en octubre pasado Carlos Morales, director de Pemex Exploración y Producción.

Hasta ahora, estas perforaciones son de prueba y no han reportado un solo barril de petróleo o metro cúbico de gas comercializable.

El potencial petrolero que tiene México es superior a lo que hay del lado de EU en el Golfo de México y a las reservas del Mar del Norte, dice Javier Estrada, también integrante de la CNH. Sin embargo, la dificultad técnica para llegar a esos hidrocarburos supera las capacidades de Pemex.

Con tecnología ya disponible en el mundo, Pemex tendría más probabilidades de éxito en aguas profundas, volvería a sacar petróleo de campos que se creían agotados y haría que pozos activos rindan más. A la vez, tendría que especializarse en campos de gas y petróleo localizados en suelos arcillosos, como Chicontepec.

El esquema de coinversión planeado por Suárez Coppel implicaría comprar una porción de un campo petrolero en la parte estadounidense del Golfo de México a una empresa operadora y participar con ella en los trabajos operativos, de suministro y otros.

El tema ya se evalúa en el Consejo de Administración y el Comité de Estrategia e Inversiones de Pemex. "En una inversión como a las que me he referido, el consejo decidirá: si se le presenta, cuándo se le presenta, si se le informa y qué hay que hacer", dice Suárez Coppel.

Lo que aún está pendiente de resolver es cómo financiar esta estrategia. El presupuesto de Pemex tiene un techo decidido por Hacienda y el Congreso, por eso, para una parte de la operación en Repsol, Suárez Coppel pensaba echar mano de los recursos de PMI, cuyos ingresos no están condicionados por el Estado. Sólo que éstos, así como los del resto de las filiales que operan fuera de México (y que sumaban 2,000 MDD hasta enero), no son suficientes y no es posible sacar dinero de Pemex porque implica "comerse" su presupuesto, reconoce Suárez Coppel. "Si seguimos teniendo un techo, que no es suficiente para nuestra inversión, pues no la vamos a hacer", dice.

Pemex podría disponer de unos 1,000 MDD adicionales a su presupuesto cada año gracias a un nuevo mecanismo que figura en la Ley de Petróleos Mexicanos. La condición es cumplir con metas financieras e implementar reglas de gobierno corporativo, como poner a funcionar los comités de auditoría, inversión y remuneraciones.

Además, en la reforma energética de 2008, le autorizaron emitir bonos de deuda entre los mexicanos, con valor nominal de 100 pesos. Aún no hay fecha de la primera emisión, aunque se ve poco probable que esto suceda. "Estos bonos con un retorno negativo en Pemex van a tener una salida muy difícil", apunta Suárez Coppel.

Dicha reforma también le dio la opción de diseñar contratos incentivados mediante los cuales Pemex contrata por concurso a empresas privadas para que extraigan petróleo de sus yacimientos y les paga en efectivo 75% de lo que inviertan más un pago en dólares por cada barril que produzcan. El contratista nunca se queda con el petróleo que extrae.

Las petroleras internacionales como Shell, BP, Exxon Mobil, Chevron, Statoil y Petrobras son las únicas con las soluciones integrales para explotar campos petroleros complejos y aunque suelen mostrarse interesadas en los contratos incentivados de Pemex, su negocio es producir y comercializar petróleo, no ser contratistas.

Perforar cada pozo en aguas profundas, por ejemplo, puede costar hasta 200 MDD y el riesgo de no encontrar petróleo es muy alto, así que todas estas compañías comparten el riesgo y cobran en función de ello, pero también piden compartir las ganancias, dice Domínguez.

Para Miriam Grunstein, profesora e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), si la reforma energética de 2008 hubiera funcionado, los indicadores de producción actuales serían favorables. pero esto no es así. "(La reforma) Fue una victoria política y una derrota técnica", comenta.

Más que un intento

Conducir la paraestatal por este camino no ha sido fácil, ni siquiera para Suárez Coppel, un doctor en Economía egresado de la Universidad de Chicago que piensa que con el potencial de Pemex en petróleo y gas, la empresa debería tener oficinas en los centros petroleros más importantes, comercializar más productos en el mercado internacional y ser mucho más activo en petroquímica.

Mucho de lo que Suárez Coppel imagina para Pemex se vino abajo al romperse el pacto con Sacyr. Pemex tiene desde hace tiempo operaciones fuera de México que van más allá de comercializar crudo: una refinería en sociedad en partes iguales con Shell en EU, llamada Deer Park; una red de ductos para el traslado a México de petrolíferos desde ese país, el manejo logístico de azufre en Inglaterra y otros productos en Europa. Además, acaba de concluir una operación marítima en Argentina a través de su subsidiaria Mexpetrol.

Al cierre del ejercicio 2007, Pemex reportó 22 empresas extranjeras y en la mayoría de ellas su participación era mayoritaria, según el informe de la Auditoría Superior de la Federación. La lista se compone de financieras, aseguradoras, tenedoras de acciones, empresas de logística, comercializadoras y de refinación, entre otras.

Además, Pemex tiene convenios tecnológicos y técnicos con la mayor parte de las petroleras internacionales (Shell, BP, Exxon, Petrobras).

Hasta ahora, la constitución de estas empresas ha respondido a tareas específicas y no a un plan de internacionalización de Pemex. Su objetivo, dice Grunstein, del CIDE, es agilizar sus operaciones internacionales, especialmente las relacionadas con la exportación de crudo e importación de productos petrolíferos, dado que los organismos descentralizados como Pemex tienen una regulación densa que los vuelve onerosos y complica las transacciones mercantiles.

Objetivos que se esfuman

En Repsol, la inversión de Pemex data de 1979. En septiembre pasado, Pemex acordó con Sacyr aumentar su cuota a 9.4% para sumar en conjunto 29.4%, justo el porcentaje para tener el poder de decisión en la empresa.

Suárez Coppel y Luis de Rivero, presidente de Sacyr, querían separar de sus funciones al presidente del consejo de Repsol de la del director ejecutivo, ambos puestos ocupados por Antonio Brufau, así como mejorar la eficiencia y las sinergias entre las entidades de la petrolera española.

El consejo de Sacyr despidió a De Rivero y después, la inmobiliaria vendió a Repsol la mitad de sus acciones (10%) para cubrir parte de su cuantiosa deuda. Durante este periodo, en España se vivió un revuelo político de tintes nacionalistas, y en México arrancó la polémica acerca del sentido de las transacciones que la paraestatal realiza en el extranjero.

El interés de Pemex en Repsol está en sus activos en petroquímica en España -en especial en polímeros-, así como en su gestión en refinación y gas LP, gasolineras y operaciones en aguas profundas y campos no convencionales.

Para Estrada, de la CNH, Pemex no necesita poner dinero de riesgo fuera de México, a menos que quiera salirse de la lógica petrolera y entrar en la financiera, y no es así como está definido su negocio al día de hoy. "Si dijera que se va a asociar con las mejores empresas de shale gas o aguas profundas en el mundo, puede tener sentido, pero no llevar dinero mexicano a jugar en riesgo", agrega.

Al cierre de esta edición, no estaba decidido el porcentaje de acciones que Pemex conservaría de Repsol ni había certeza sobre el acuerdo industrial que ésta ofreció a Pemex a cambio de que olvidara el pacto con Sacyr. Del 29 de agosto de 2011 al 11 de enero de 2012, la acción de Repsol aumentó 24.6%, lo que se traduce en una ganancia de 538 MDE para Pemex. A esto se suma el dividendo que pagó Repsol en enero por otros 52.8 MDE.

Los caminos previstos en el tema son aumentar la participación accionaria en tres puntos para tener derecho a otro asiento en el consejo o disminuir su participación a 6% y quedarse con un consejero. "La prioridad es reconstruir la relación con los consejeros de Repsol y de ello dependerá la posesión accionaria", comenta Gasca Neri horas después de la reunión de consejo de Pemex el 6 de enero pasado.

Carrera contra el tiempo

La especialidad de Pemex ha sido vivir de unos cuantos pozos petroleros muy productivos y de baja exigencia técnica, como Cantarell, pero en casa existe otra joya sin explotar: shale gas, que es un gas natural que se encuenta en yacimientos de rocas de esquisto, lutitas o arcilla.

Este gas sirve para generar electricidad y hasta para fabricar turbosina, y un sinnúmero de productos derivados, por lo que su gran demanda (que supera a la producción) podría generar 30% de los ingresos de Pemex en los próximos años.

En el tema, la petrolera también enfrenta problemas. El precio del gas al consumidor es bajo y el costo de obtenerlo es alto, no hay mucha tecnología disponible y usa mucha agua -un recurso escaso donde están los mayores yacimientos.

Transformar en poder calorífico un pie cúbico de gas cuesta un tercio que hacerlo con un litro de gasolina, con el mismo beneficio. Pero como en el caso del petróleo, para capitalizar su riqueza, México necesita especialistas, empresas extranjeras proveedoras de bienes y servicios, créditos de la banca internacional, aseguradoras, centros de investigación, y una empresa petrolera que sepa contratarlos, comenta Estrada, de la CNH.

Las inversiones en investigación y desarrollo de Pemex están lejos de sus necesidades y de la industria. Invierte alrededor de 2,500 MDP en investigación y desarrollo -menos de 200 MDD por año-. Esa cantidad está lejos de los 900 MDD que en promedio invierten las grandes petroleras públicas y privadas del mundo.

Según Pemex, los fondos de investigación (incluye el Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Hidrocarburos y el Fondo de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico del Instituto Mexicano del Petróleo, IMP), permitirán a Pemex en 2012 destinar a la investigación y al desarrollo tecnológico entre 530 y 650 MDP dependiendo del precio del crudo. En ese monto se incluye el gasto corriente del IMP, por tanto, lo que llega a investigación y desarrollo es en realidad una tercera parte.

El último de los desafíos está en el talento. Si Pemex estuviera en condiciones de explorar y explotar el potencial petrolero del país, el empleo en el sector crecería significativamente.  Llegarían compañías a establecerse sobre todo en la costa del Pacífico -desde Campeche hasta Tamaulipas-. Habría necesidad de construir en esa franja más puertos, astilleros y se levantarían edificios corporativos y centros de capacitación; se construirían vías terrestres y marítimas, sistemas modernos de telecomunicaciones y radares, y se conformaría una industria naviera.

Habría una ecología completa de actividades y cadenas productivas integrales, desde hoteles y empresas de catering hasta de renta y mantenimiento de equipo, de acuerdo con Estrada. "Se podría hacer un sistema de clústers petroleros para consolidar esas cadenas productivas para el sector petrolero", añade.

"Pemex se convertiría en el Petrobras de México", dice Domínguez, quien abre un nuevo debate: desde 1975, México ha recibido por exportación de petróleo unos 450,000 MDD, habría que ver si su utilización ha sido la mejor.

Con información de Atzayaehl Torres, Uriel Naum, Esther Arzate y Karla Casillas.

EL PASO POR REPSOL
Por tres décadas, Pemex fue socio pasivo en Repsol y cuando intentó cambiar su estatus al aumentar su participación accionaria (de 4.8 a 9.4%) y aliarse con la constructora Sacyr-Vallehermoso para tener más influencia en la petrolera española, provocó un enfrentamiento con el Consejo de Administraación (CA) e inversionistas minoritarios que protegieron la compañía y armaron una estrategia para regresar a Pemex a su condición previa, aunque con más poder accionario.
1979.
Pemex sustituyó a Gulf Oil en Petronor (con 34% de las acciones) pero ésta fue absorbida por Repsol y en el cambio sus acciones se convirtieron en 4.8%.
01/07/2011
Entra en vigor la Ley Corporativa que permite a accionistas votar en función del número de acciones. En este momento, Pemex era el tercer socio más importante.
29/08/2011
Pemex anuncia las compra de 5% de las acciones de Repsol y conviene con Sacyr unir su voto en el CA, para tener mayor participación en las decisiones
31/08/2011
El presidente y director de Repsol, Antonio Brufau, acusa a Pemex-Sacyr de querer controlar la firma sin presentar una Oferta Pública de Adquisición (OPA).
05/09/2011
El CA de Repsol pide a Pemex-Sacyr terminar el pacto. Aprueba cambios en sus estatutos para debilitar a Pemex, que busca quejarse.
29/10/2011
Pemex-Sacyr anuncian modificación de acuerdo para garantizarle a Repsol que no tomarán control de la firma (al tener 29.58%).
20/12/2011
Repsol se hace de 10% de las acciones de Sacyr, ante el vencimiento de una deuda de 4,934 mde con plazo del 21 de diciembre.
06/01/2012
El CA de Pemex discute sobre Repsol. Se especula que puede aumentar su participación accionaria para llegar a 12% o bajar a 6%.
EXPLORANDO NEGOCIOS
Superar los retos tecnológicos para explorar yacimientos de shale gas, Chicontepec y aguas profundas le cambiaría la cara a la industria petrolera de México:
Shale gas. Se estima que México tiene reservas por 680 billones de pies cúbicos de shale gas, lo que lo convertirían en la cuarta potencia mundial de gas después de China, Estados Unidos y Argentina. Hasta ahora, Pemex ha perforado, con éxito, los pozos Bragado, Chancaro y el Emergente.
En Chicontepec Aceite Terciario del Golfo (conjunto de campos terrestres localizados en los estados de Puebla y Veracruz), se aloja la reserva más grande de petróleo del país, con 139,000 millones de BPE, un volumen 3.8 veces mayor a las reservas de Cantarell. Pero la complejidad del subsuelo y la topografía de la región dificultan su explotación y las estimaciones más optimistas prevén que sólo se aproveche 20% de los recursos.
En aguas profundas (AP) EU, Brasil y Noruega le llevan la delantera desde hace varias décadas a México, de ahí que se considere que la paraestatal se asocie con firmas privadas que le compartan experiencia y capacidad de ejecución. Desde 2003, se han perforado 20 pozos, siete han resultado no exitosos (secos). Pemex estima que hay recursos potenciales por 29,000 millones de BPE, 58% del total.
Esther Arzate
RUMBO A 2012
LOS CANDIDATOS Y PEMEX
Para Juan José Suárez Coppel, los políticos no han separado el problema de la administración de Pemex de su propiedad. Por eso algunos candidatos proponen resolver los problemas de la petrolera llevándola al mercado de valores, aun cuando eso requiera un cambio constitucional.
Santiago Creel Miranda / PAN
Ve Pemex como un nicho de oportunidad para crecer económicamente. En su opinión la paraestatal necesita modernizarse y dejar de ser la caja chica del gobierno federal. Como senador impulsó una reforma para que los sindicatos estén sujetos a controles de revisión de cuentas y transparencia. Para él, Pemex debe abrirse pero los mantos petroleros deben ser del Estado.
Ernesto Cordero / PAN
Propone intensificar el uso de contratos integrales de desempeño y elevar la participación de compañías especializadas que complementen a Pemex. En aguas profundas y yacimientos no convencionales, propone cambios legales que permitan la concesión de bloques y asociación con privados. Busca fortalecer el gobierno corporativo y la administración.
Josefina Vázquez Mota / PAN
Apunta que es necesario detonar un crecimiento que aumente la inversión de PEMEX, con un cambio legal que, con respeto a los derechos de los trabajadores y con soberanía de la nación de mantos y reservas, impulse la inversión privada. Habla de emitir Bonos Ciudadanos para capitalizar Pemex y fortalecer el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
AMLO / PRD, PT, Convergencia
Propone integrar una Comisión de la Verdad que erradique la corrupción y el daño patrimonial al sector energético. Busca integrar Pemex como una sola empresa (hoy tiene cinco subsidiarias) para evitar la duplicidad de gastos. Desarrollaría fuentes alternas de energía, construiría tres refinerías y plantas para detener la importación de gasolinas.
Enrique Peña Nieto / PRI
Petrobras es un buen referente para Pemex, dijo a Expansión el precandidato del PRI. Para él, la paraestatal tiene que abrirse al sector privado, sin que ello signifique su privatización. Su idea es que sea el Estado el que mantenga la propiedad de los hidrocarburos, y que la IP colabore en tres áreas: exploración, producción y refinación.

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