Medirse para mejorar

Julio de 2011 marca un antes y un después para Pernod Ricard México, la empresa francesa de vinos y licores. Ese mes, la casa matriz aplicó la primera encuesta de clima laboral a escala global. Setenta filiales participaron, incluyendo la mexicana.

Quería medir el ambiente de trabajo, escuchar de voz de los empleados, cómo se identifican con la empresa y qué tan orgullosos están de los valores del grupo.

Con esta encuesta, la filial mexicana confirmó que invertir en planes de carrera y capacitación da frutos. Tiene esquemas de desarrollo, los cuales incluyen actividades como coaching, que consiste en sesiones ‘uno a uno' con el jefe directo o externo, según las necesidades del colaborador.

También fomenta la retroalimentación al colaborador, en donde se le explica cómo impacta su trabajo en los objetivos de cada área y, en consecuencia, en los resultados de la compañía.

Además, cada vez que la empresa contrata un nuevo colaborador, éste recibe un plan de inducción para familiarizarse con la cultura de la organización y sus marcas, y una vez al año obtiene información de su desempeño.

Nuria Chinchilla, fundadora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE Business School, explica que cuando la organización promueve empleados autónomos, que encuentran sentido a su trabajo porque vinculan lo que hacen con metas de crecimiento laboral  y personal, la productividad aumenta 21% y el ausentismo se reduce 20%.

 "Cada uno sabe donde están sus áreas fuertes y de crecimiento, y manejan solicitudes de entrenamiento específicas", dice Cedric Retailleau, presidente y director general de Pernod Ricard México.

Otro de los valores en la compañía es la confianza mutua, lo que motiva a los líderes a que propongan medidas para ligar y alinear sus resultados a los retos de negocio del grupo.

"El empoderamiento da libertad, enseña a definir prioridades y genera lealtad a la empresa", explica Retailleau.