El peso cae en línea con petróleo de EU y mientras espera el round 3 de TLCAN
El peso mexicano perdió terreno este lunes frente al dólar, en línea con una caída de los precios del petróleo estadounidense y mientras el mercado espera la tercera ronda de la renegociación del TLCAN.
Al mayoreo, el dólar se vendió en 17.7560 pesos, lo que significó una depreciación de 0.55% para la moneda nacional respecto al cierre del viernes pasado, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico).
En ventanillas bancarias, el billete verde se vendió en 18.05 pesos, es decir, cinco centavos más caro frente a la jornada anterior, y a la compra se ubicó en 17.25 pesos, según cotizaciones de Citibanamex.
Los precios del petróleo estadounidense caen por debajo de los 50 dólares por barril (dpb), pero se mantienen cerca de los máximos de varios meses de la semana pasada, frente al descenso en el número de plataformas activas en el país y el reinicio de las refinerías tras el paso del huracán Harvey.
Los futuros del WTI para octubre bajan 0.28% a 49.75 dpb, mientras los del Brent para noviembre ceden 0.56% a 55.31 dpb, de acuerdo con cifras de Bloomberg.
El dólar gana en momentos en que inversores aguardan la reunión de dos días de la Reserva Federal que culminará el miércoles para obtener indicios de otra posible alza de la tasa clave antes de fin de año.
El índice que mide el desempeño de la moneda estadounidense frente a una cesta de principales divisas del mundo sube 0.23% a 1,144 unidades, según cifras de Bloomberg.
"Se espera que el peso continúe cotizando con poca volatilidad durante la semana, a la espera de que comience la tercer ronda de renegociación del TLCAN", dijo la directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, Gabriela Siller, en un reporte.
El tercer round de la modernización del TLCAN comenzará el 23 de septiembre en Ottawa, Canadá. Los negociadores prometieron hace unas semanas que se verían los primeros avances del proceso de renegociación.
México, Canadá y Estados Unidos renegocian el acuerdo comercial con 23 años de vigencia a petición del presidente estadounidense Donald Trump, quien lo considera injusto para su nación.