Imprevistos
Existen otros factores por los que la gente puede tener problemas a la hora de pagar. Por más organizado que seas y aunque hayas planeado tus compras, no estás exento de que algún imprevisto provoque un desequilibrio en tus finanzas y no puedas cumplir con todos tus compromisos.
“En 2013 -durante El Buen Fin-, aproveché para sacar varias cosas que necesitaba: una pantalla y otras cosas por el estilo. Tenía una planeación de pago. Soy contador y tenía mis ingresos, mis egresos y todo cuadraba”, contó a Expansión Humberto Perea Rivera.
El monto total rondaba los 25,000 pesos, mismos que Humberto planeo a 12 meses. “Sin problema lo puedo pagar”, pensó en ese momento. “El problema fue que me separé. Tenía todo planeado, pero no pensaba en divorciarme”, agregó.
Una vez que se completó la separación, empezó a pagar pensión alimenticia, se cambió de casa y empezó a pagar una renta más elevada que antes.
“Ahí fue donde todo tronó. Dejé de pagar una mensualidad”, apuntó Humberto al recordar que, además de la deuda que adquirió durante El Buen Fin, había un saldo pendiente de alrededor de 10,000 pesos. En ese momento, dijo, dejó de pagar tres tarjetas de crédito: BBVA, Citibanamex y Liverpool.
Unos meses, pensando en que no se viera afectada su calificación en el Buró de Crédito, Humberto pago aproximadamente seis mensualidades, pero solo aportó el pagó mínimo. “Cuando me di cuenta, de 35,000 pesos, ya debía 50,000 o 52,000 pesos; siete u ocho meses después, el banco me estaba cobrando 60,000 pesos. Fue cuando dejé de pagar”, dijo Perea.
Pasó el tiempo y las finanzas de Humberto se estabilizaron. Sin embargo, “nunca hice por pagar. Me ofrecieron pagar 5,000 pesos y me sacaban de Buró. Nunca lo quise hacer”, apuntó.
La tarjeta de crédito donde tenía la mayor deuda en 2013 era de BBVA, donde ahora comenzarán a depositarle la nómina. “En teoría, por los 10 años que pasaron ya no debería haber problema, incluso ya no tengo calificación negativa en el Buró”, sin embargo, “estoy a la expectativa de ver qué es lo que pase una vez que le depositen su primer pago.
Una de las consecuencias fue que durante varios años no tuvo acceso a un crédito al consumo.
“Hace unos tres años me ofrecieron una tarjeta de Stori. Empecé con 1,000 pesos de crédito, que luego aumentó a 3,000 pesos. Después me dieron una tarjeta de crédito de Banorte, que es donde tengo mi nómina, y de ahí me empezaron a soltar tarjetas otra vez”, concluyó Humberto Perea.