Aunque, en algunos casos, podrán solicitarse exámenes complementarios más avanzados, como rayos X, tomografía computarizada, resonancia magnética, electrocardiograma, ultrasonido o pruebas de función pulmonar, por mencionar algunos.
Al efectuarlos de manera regular permiten prevenir padecimientos, identificando factores de riesgo para actuar a tiempo o su detección durante las primeras etapas, es decir, cuando las posibilidades de que los tratamientos tengan efectividad son mayores.
Del mismo modo, los chequeos pueden ayudar a mejorar la calidad de vida, como un aliado en la gestión del estrés y la ansiedad, al saber que el monitoreo de la salud proporciona una sensación de control y tranquilidad.
El Instituto Mexicano del Seguro Social también hace un llamado para llevar a cabo revisiones periódicas del estado de salud aun cuando no se sospeche de algún padecimiento y no esperar hasta que los síntomas se presenten o se intensifiquen.
Así, todos los adultos deberían hacerse un check-up acorde con su edad y antecedentes familiares de enfermedades crónicas, como la diabetes. Por ejemplo, es posible identificar un aumento de la presión arterial que, si se trata, puede ayudar a prevenir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Vivimos en una era en la que la prevención y el cuidado de nuestra salud se han vuelto más cruciales que nunca. En este contexto, los check-ups médicos emergen como una herramienta esencial para detectar y abordar probables problemas de antes de que se conviertan en complicaciones mayores.