Insectos para sustituir la carne, una opción para el manjar del futuro

En los próximos 40 años, el mundo necesitará un incremento de 70% en la producción de alimentos para atender a la población, que será considerablemente más rica y mucho más abundante.
¿De dónde va a salir esa comida? El entomólogo holandés Marcel Dicke, tiene al menos parte de la respuesta a esa pregunta: las criaturas de seis patas que llamamos insectos.
Echemos un vistazo a la langosta: Dicke cree que deberíamos pensar en ella como el "camarón terrestre", un manjar que la gente debería apreciar.
El jueves, en la conferencia Global TED, en Oxford, Inglaterra, Dicke habló de la ingesta de insectos, que están conformados por 6 millones de especies y representan a 80% de los animales en el planeta. "No estamos en un planeta de hombres sino en un planeta de insectos", dijo al público.
Cuatro de cada cinco personas ya comen insectos de forma intencional y los consideran una exquisitez en China y en el sureste de Asia.
El resto de nosotros come insectos de forma no intencional; dijo que en Estados Unidos, por ejemplo, una cantidad considerable de contenido de insectos está permitido en la comida. El chocolate puede tener 60 componentes de insectos por cada 100 gramos; la mantequilla de cacahuate puede tener 30 partes de insectos por cada 100 gramos; el jugo de fruta puede tener cinco huevos de insectos de la fruta y una o dos larvas por cada 250 mililitros.
Los insectos son un cultivo particularmente eficiente: la misma cantidad de alimento puede producir nueve veces más langostas que carne de res, dijo Dicke. Esto será muy útil porque el mundo no sólo tendrá más bocas que alimentar, sino que esas bocas pertenecerán a gente más próspera, y comerán más y querrán más carne. El potencial del crecimiento de la producción de ganado es muy limitado, dijo Dicke.
¿Por qué mucha gente en el mundo se rehúsa a comer insectos? Dicke dijo que "es por un prejuicio". Para ayudar a cambiarlo, Dicke sirvió insectos cubiertos de chocolate al moderador Bruno Giussani, el director europeo de TED, quien primero se rehusó a comerlos diciendo que estaba a dieta. Durante la pausa posterior al discurso de Dicke, se sirvieron galletas con chispas de insectos. A la prensa asistente también se le dieron a probar; el equipo de CNN consideró estos tentempiés dulces, crujientes y nutritivos.