Una clínica en Japón ofrece 'dientes desalineados' para ser más atractivo
Turistas de todo el mundo viajan a Asia para aprovechar un servicio de alta calidad y precios accesibles para procedimientos estéticos y cirugía plástica.
Pero lo que parece ser la última tendencia en Japón hace que nos preguntemos cuánta gente viajará para someterse a un tratamiento que promete una dentadura chueca.
Quizá tus padres invirtieron durante años miles de pesos para arreglarte esos dientes torcidos. Pero si naciste en Japón, lo más probable es que no gastaron nada, y es que la falta de dentistas en ese país es una de las razones por las cuales tener una sonrisa perfecta no es prioridad.
De hecho, en algunos círculos, esa apariencia ‘desaliñada’ en la sonrisa es algo deseable, lo que nos lleva a una clínica ubicada en el barrio de Ginza, en la ciudad de Tokio, que ofrece implantes falsos que dan la apariencia de tener los dientes chuecos a todos aquellos que recibieron una blanca sonrisa, como un collar de perlas.
La clínica dental Plaisir asegura que sus Tsuke-yaeba, o dientes desalineados postizos, dan esa apariencia “imperfecta” deseable tanto en hombre y como en mujeres, haciéndolos más atractivos al sexo opuesto.
La teoría detrás de esta particular idea es que la belleza tradicional por lo regular asusta a los pretendientes tímidos, por lo que una apariencia más sencilla es más alcanzable.
De manera similar, se ha documentado que las mujeres japonesas favorecen a los hombres que usan lentes, mientras que los defectos físicos provocan un tipo de efecto afrodisíaco.
Quienes quieran sus Tsuke-yaeba deberán pagar unos 390 dólares y someterse a un pequeño procedimiento, ya que las piezas postizas deben colocarse con pegamento. Por supuesto que serán del mismo color que la dentadura original.
Sobre este procedimiento, el ortodoncista Masaru Iwatsuki tiene sus dudas. “Es una locura”, comenta. “Los dientes deben dejar pasar el oxígeno. Cubrirlos puede ser malo para la salid de los dientes”.
“Pero no es algo que perdurará”, reconoce. “Es muy claro que es una moda pasajera… algo que se habrá olvidado en unos seis meses”.