Una pareja china acepta mudarse tras vivir en medio de una carretera
Una pareja vivió durante más de un año en medio de una autopista en construcción, en China, hasta que consideró justa la indemnización ofrecida por la constructora.
Luo Baogen, de 67 años, y su esposa acordaron marcharse a cambio de 260,000 yuanes (unos 41,000 dólares) y un solar para construir una nueva vivienda, reportó la Radio Internacional de China.
La casa de cinco pisos finalmente fue derrumbada el fin de semana.
Luo no había aceptado la indemnización de uno 35,000 dólares que sí aceptó el resto del vecindario —unos 450 edificios fueron demolidos— por lo que resistió más de un año en el lugar, exigiendo durante meses que al menos se le compensara con 96,000 dólares.
Este desacuerdo no detuvo las obras de la carretera, que sencillamente rodearon la casa de asfalto a la espera de que el inquilino se marchara.
Casos de este tipo son relativamente frecuentes en China, donde existe incluso un apodo para estas viviendas: "casas clavo" ("dingzihu", porque permanecen "clavadas" en la tierra pese a las presiones de las constructoras).
Las espectaculares imágenes de la vivienda publicadas este mes en la prensa de todo el mundo dieron a Luo y su esposa más fama y posibilidades de negociación.
La casa fue demolida un día después de que el anciano firmara el acuerdo de compensación con el gobierno local, que construye en la zona una carretera para conectar Wenling con su nueva estación de ferrocarril.
"Nunca pensamos en vivir para siempre en una casa en medio de la carretera. Después de las explicaciones del gobierno finalmente decidí marcharme", señaló Luo, un granjero que se dedica a la cría de patos, en declaraciones a la agencia oficial Xinhua.
El caso de Luo recuerda a otra "casa clavo" que se hizo mundialmente famosa en el año 2007, en la ciudad central china de Chongqing, ya que la constructora en aquella ocasión cavó un foso de dos metros alrededor del edificio para intentar presionar a sus inquilinos Yang Wu y su esposa Wu Ping.
Éstos también resistieron y se convirtieron en "héroes nacionales" en las redes sociales chinas.