A nadie tomó enteramente por sorpresa que Evergrande estuviera con las deudas ‘hasta el cuello’. Julian Evans-Pritchard, economista de China de la consultora británica Capital Economics, lo dejó claro en un reporte publicado en julio: “Evergrande parece estar acercándose a un ajuste de cuentas con respecto a sus pasivos mientras reguladores, bancos y gobiernos locales aprietan los tornillos”.
Evergrande arrastra desde 2018 una de las más grandes deudas de la industria con 243,202 millones de dólares -algo así como la mitad de la deuda que tenía el banco estadounidense Lehman Brothers que quebró en 2008-. En aquel entonces, el panorama para esta empresa, fundada en 1996 en la provincia de Guangdong, y otras desarrolladoras de vivienda que se financiaban prácticamente con deuda, comenzaba a deteriorarse al enfrentar una desaceleración en el mercado inmobiliario chino.
Las alertas comenzaron a sonar cuando la firma emitió un bono por 1,800 millones de dólares con vencimiento a dos, tres y cinco años. El bono se veía apetitoso con un cupón de 13.75%. A pesar de este atractivo “premio” por el riesgo asumido, el presidente y director ejecutivo de la misma empresa emisora, Hui Ka Yan, tuvo que sacar dinero de su bolsillo y comprar 55.5% de este bono, de acuerdo con datos publicados por la empresa.
La operación no pasó desapercibida entre los inversionistas y calificadoras, quienes comenzaron a advertir de los problemas de liquidez de la inmobiliaria. Para 2020, los pasivos de Evergrande ascendieron a 301,650 millones de dólares, de acuerdo con su reporte anual, ganando el título como la desarrolladora más endeudada en China. Quizá por ello, la mayoría de los bancos chinos redujeron su exposición en la firma desde el año pasado, y la mayoría de sus préstamos pendientes están garantizados por depósitos, según fuentes citadas por la agencia de noticias Reuters.
Una de las mayores inquietudes de los analistas es la injerencia que tiene esta desarrolladora al interior de la segunda economía más grande a nivel mundial. La compañía china tiene un entramado de inversiones que abarcan los bienes inmuebles, manejo de inversiones, salud y hasta inversionista en vehículos eléctricos, parques temáticos y un equipo de fútbol.
El temor se ha extendido más allá del mercado de China. Este lunes, los principales índices bursátiles caían y el dólar se fortalece frente a una cesta de divisas, debido a que los inversores estaban preocupados por el riesgo de que los problemas del grupo inmobiliario chino Evergrande contagien a la economía global.
“Numerosos sectores podrían estar expuestos a un elevado riesgo crediticio si el desarrollador inmobiliario chino Evergrande entra en incumplimiento”, señaló la agencia calificadora Fitch Ratings. Incluso, los reguladores han advertido de que sus pasivos pueden desencadenar riesgos incluso fuera del sistema financiero chino si no se estabilizan sus deudas. Según Reuters, un documento filtrado de 2020, que Evergrande calificó de invención pero que los analistas tomaron en serio, mostró que los pasivos se extendían a más de 128 bancos y más de 121 instituciones no bancarias.
Por ahora, Evergrande hace lo posible por pagar sus deudas inmediatas. La empresa inició un proceso para repago a sus inversionistas en sus productos de gestión de patrimonio con sus propiedades. Por ahora, Evergrande tiene que pagar el jueves 83.5 millones de dólares en intereses relacionados con su bono a marzo de 2022, y el 29 de septiembre debe abonar otros 47.5 millones de dólares por papeles a marzo de 2024, de acuerdo con Reuters. Ambos bonos entrarían en mora si Evergrande no paga los intereses en los 30 días siguientes a las fechas previstas.
“El colapso de Evergrande sería la más grande prueba que el sistema financiero chino haya enfrentado en años”, comentó Mark Williams, economista en jefe de Asia para Capital Economics.