De estos tres factores, las decisiones de la Fed se han convertido en el principal elemento que mueve al tipo de cambio. Una muestra de esto ocurrió el viernes, cuando Jerome Powell, presidente de la Fed, dio su tan esperada ponencia en el simposio anual de política monetaria de Jackson Hole.
Previo a este discurso -en el que los mercados buscaban cualquier señal para despejar la duda sobre cuándo el banco central estadounidense comenzará a reducir sus estímulos-, el peso perfilaba su segunda caída semanal, con un tipo de cambio de 20.39 unidades. Sin embargo, tan pronto Powell dio señales que indicaban que la Fed iniciaría el recorte gradual del programa de compra de activos por 120,000 millones de dólares mensuales a finales del año y no antes, el peso recuperó terreno.
“Las políticas monetarias más restrictivas en Estados Unidos representan vientos en contra para las divisas de los países emergentes”, señalaron en un reporte Gabriela Soni, jefa de inversiones de la unidad mexicana de UBS, y Alejo Czerwonko, jefe de inversiones de mercados emergentes de la misma firma.
En el otro lado de la balanza, los mismos analistas consideran que el peso podría encontrar soporte en los estímulos fiscales estadounidenses y el gasto en infraestructura. Por lo pronto, con esta cautela en los mercados, el tipo de cambio no tiene una tendencia clara quedando por encima de los 20 pesos, de acuerdo con Banco Base.
Los analistas también coinciden en que los mercados estarán atentos a los siguientes meses, pues se espera que la Fed anuncie cuándo iniciará la reducción de compras de activos y la velocidad de este proceso.
En sus previsiones, los especialistas de UBS explicaron que un nuevo brote de la variante delta que derive en un problema de estrés para el sistema de salud y eventuales cierres a la economía, “podrían llevar a una depreciación del peso”. Pero, hasta el momento, no se ha visto una sobreocupación hospitalaria y el gobierno parece renuente a decretar cierres como en un inicio de la pandemia.
Por lo pronto, el camino que tomará el tipo de cambio sigue atado a la duda aún sin despejar sobre el ritmo de la recuperación económica. Markus Allenspach, director de investigación de renta fija en el banco de inversión Julius Baer, lo anota bien: “la pregunta clave sigue siendo si la economía continúa recuperándose o si vuelve a caer en recesión”.
Estos altibajos en el tipo de cambio permanecerán a lo largo de este año y el siguiente. Los pronósticos de los economistas del sector privado encuestados por el Banco de México colocan la paridad dólar-peso en 20.29 unidades al cierre del año y un nivel de 20.80 unidades a partir del segundo trimestre de 2022.