La inflación no ha perdonado ni al café de cada mañana. La primera en reconocerlo ha sido la compañía Nestlé, que vende café por todo el mundo con sus marcas Nespresso y la licencia de Starbucks. “Seguimos abordando de forma proactiva estas presiones inflacionarias”, reconoció la empresa suiza en su último reporte trimestral de septiembre.
La estrategia “proactiva” se traduce en aumento de precios “de forma constante” en los últimos 12 meses. Quizá haya que prepararse para desembolsar un poco más por un cafecito, porque, a decir de la empresa, la tendencia seguirá hasta 2022.
El precio del café arábica tocó máximos no vistos en una década. Los contratos a futuro de esta variedad del grano, uno de los más utilizados por Nestlé y otras empresas que comercializan café, subieron de los 3.45 dólares por kilogramo al cierre del año pasado, a 5.71 dólares a finales de noviembre de 2021. Incluso, el indicador de Bloomberg que refleja el precio de los contratos de café aumentó 90.48% en un lapso de un año.