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Los bonos de Italia, España y Grecia seducen al mercado, tras años de exclusión

Considerados como "parias" de los mercados financieros durante años, estos países aprendieron la dura lección de la crisis de la deuda de 2010-2012. Y ahora compiten por atraer las inversiones.
lun 16 junio 2025 05:55 AM
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Italia es uno de los países que lidera la atracción de inversionistas de bonos este año. En febrero de 2025, el monto de deuda en manos de no residentes alcanzó una cifra récord de 800,000 millones de euros, según datos de Bloomberg.

Hace poco más de una década, Italia, España y Grecia eran sinónimo de crisis fiscal, riesgo crediticio y turbulencia política. Hoy, sus bonos soberanos compiten en atractivo con los de economías tradicionalmente sólidas como Alemania y Francia.

La transformación no solo refleja disciplina fiscal y reformas estructurales, sino también un cambio en la percepción global del riesgo. Además, el contexto actual de los bonos de Estados Unidos alimenta el apetito por opciones periféricas.

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Una dura lección

Durante la crisis de deuda soberana que sacudió al continente entre 2010 y 2012, estos países dependieron de rescates financieros y medidas de austeridad impuestas por organismos internacionales. El caso de Grecia fue paradigmático: su prima de riesgo se disparó 11 puntos porcentuales frente a Alemania y se convirtió en el mayor símbolo del colapso europeo.

Esa etapa dejó desempleo, dolor y desazón en estos países europeos, pero también lecciones. Desde entonces, los tres gobiernos han aplicado reformas estructurales, consolidación fiscal y estrategias de crecimiento más sostenibles.

Hoy, los inversionistas los ven con nuevos ojos: el diferencial de los bonos a 10 años entre Grecia y Alemania es de apenas 0.21 puntos porcentuales, una señal clara de la convergencia económica que antes parecía inalcanzable, señalan algunos expertos.

Estabilidad periférica vs. incertidumbre central

La percepción de riesgo ha cambiado de forma radical. Mientras economías como Alemania y Estados Unidos enfrentan presiones por su creciente gasto público y déficit fiscal, la “periferia europea” ha mostrado más solidez de la que muchos esperaban.

"Los gobiernos llevaron finanzas prudentes, y mejor de lo esperado por el mercado", explica Alejandro Arellano Best, analista de economía internacional en Vector Casa de Bolsa. Destaca que el déficit fiscal de Italia en 2024 fue de 3.4%, por debajo de lo proyectado, y en Grecia incluso se registró un superávit de 1.3%.

El contexto internacional también juega a su favor. Las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos ya provocaron que algunos inversionistas globales diversifiquen hacia mercados que hasta hace poco eran vistos con cautela.

"Más que una reconfiguración del apetito por el riesgo, estamos viendo un rebalanceo de portafolios que incorpora un cambio en las expectativas para la economía estadounidense", añade Arellano, lo cual no implica que los bonos del Tesoro de Estados Unidos y el propio dólar dejen de fungir como activos de reserva mundial.

Ganar un poco más por el mismo riesgo

Ramsé Gutiérrez, vicepresidente de Franklin Templeton, coincide en que el cambio de percepción responde a una combinación de consolidación fiscal, estabilidad política relativa y un entorno de tasas altas que hace más atractivos los rendimientos de los países periféricos.

“En tiempos tranquilos, ganar un poco más por el mismo riesgo resulta atractivo”, señala, con relación a la convergencia entre los tipos de interés de estos países con otros tradicionalmente más estables.

Aunque sus calificaciones crediticias siguen por debajo de Francia y Alemania, los inversionistas institucionales están mirando más allá de las letras. “Una menor calificación no implica automáticamente menor demanda si el spread lo compensa adecuadamente”, advierte Gutiérrez.

Para explicar qué es el spread, se puede imaginar que el bono a 10 años de Alemania rinde 2% y el de Italia rinde 3%. La diferencia entre ambos —ese 1%— se llama spread. Si el rendimiento del bono italiano baja a 2.5%, el spread se reduce a 0.5%, lo que indica que el mercado percibe menos riesgo en prestarle dinero a Italia, acercando su perfil al de Alemania.

No todo es euforia, existen riesgos latentes

A pesar del optimismo, los analistas coinciden en que persisten desafíos importantes. Tanto Italia como Grecia siguen teniendo algunas de las cargas de deuda más elevadas del continente.

Además, el entorno global no es precisamente estable: un nuevo repunte de tasas impulsado por el déficit fiscal de Estados Unidos o tensiones geopolíticas podría encarecer su financiamiento.

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