Si bien la incertidumbre sigue dominando por la guerra arancelaria desatada por Donald Trump, los especialistas coinciden en que el peor momento para los mercados parece haber quedado atrás, pero eso no significa que el camino esté despejado.
Más rendimiento, menos riesgo
Para los analistas de Vanguard, la nueva normalidad de tasas de interés pagadas por los gobiernos, como el mexicano, estructuralmente más altas, devuelve atractivo a los instrumentos de deuda.
“Los inversionistas pueden ya voltear a ver los bonos no solo como un seguro… sino como una fuente de rendimiento”, explica Rafael Rodríguez, estratega de Vanguard.
Franklin Templeton coincide. Ramsé Gutiérrez, vicepresidente senior del fondo de inversiones, destaca que la deuda mexicana ofrece rendimientos cercanos al 10% anual en bonos a largo plazo, “con bajo riesgo y en un país con grado de inversión”. Esto, gracias a una tasa real ex-ante de alrededor del 4.5%, una de las más altas del mundo entre economías estables.
“Estas tasas no se pagan casi en ningún país con grado de inversión, como es el caso de México, en todo el mundo”. Las tasas más cercana son de países que no tienen grado de inversión, como Venezuela o Colombia, y apenas más alta que la de Islandia (7.5%), que sí tiene grado de inversión (en términos simples, con calificación crediticia favorable y bajo riesgo de impago).
La renta fija, como la de los bonos, incluye a los Cetes y es una inversión que paga intereses regulares, puede ser de corto y largo plazo. Es más estable y menos riesgosa que las acciones, cuyo rendimiento es más variable.
Acciones mexicanas, su segundo mejor semestre de la historia
Vanguard advierte que los mercados accionarios no siempre reflejan la salud económica inmediata, ya que descuentan el futuro. “A los mercados no necesariamente les va mal, aunque a la economía le vaya mal”, señala.
Y lo cierto es que las cifras lo confirman: el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores acumula un alza de 16% en pesos y 28.7% en dólares en el primer semestre, superando expectativas, de acuerdo con los datos de Banorte. En este sentido, y según un análisis de Franklin Templeton, las acciones mexicanas tuvieron su segundo mejor semestre en la historia.
Banorte subió su estimado del IPC de 54,000 a 58,500 puntos para este año y hasta 65,000 para 2026. También ve valor en emisoras específicas como Femsa, GAP, FMTY y La Comer, y anticipa un entorno más favorable por la exclusión de México en las rondas más agresivas de aranceles.
Por otro lado, las Fibras (Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces) también mostraron su segundo mejor primer semestre de la historia, con un rendimiento superior al 21%.
Estados Unidos: valuaciones altas
Los tres análisis coinciden en que el mercado accionario estadounidense sigue mostrando fuerza, pero ya luce caro. Luis Gonzali, experto de Franklin Templeton, apunta que las empresas tecnológicas no rentables lideran la recuperación reciente con rendimientos de hasta 60% en sus acciones, mientras que las “Magnificent Seven” se quedan atrás con 30–35%, a pesar de que estas últimas sí generan ganancias. No es una burbuja todavía, advierte, pero sí una señal a tomar en cuenta.
Una corrección de mercado ocurre cuando bajan los precios de las acciones de empresas porque estaban demasiado caras. Es como un ajuste natural del mercado y ocurre, en parte, por toma de ganancias después de un período largo de crecimiento.
Banorte, sin embargo, revisó al alza su estimado para el S&P 500 hasta los 6,400 puntos para 2025, gracias a mejores utilidades empresariales, menor impacto de aranceles y un dólar más débil. Aun así, alerta que la sostenibilidad del rally dependerá de la política monetaria de la Fed, acuerdos comerciales y riesgos geopolíticos.
Oro fuerte, petróleo débil
El análisis del grupo financiero también mantiene una visión positiva para el oro y la plata, impulsados por el apetito por refugios seguros y el debilitamiento del dólar. Estiman que el oro podría llegar a los 3,600 dólares por onza este año.
En contraste, el petróleo enfrenta sobreoferta y bajo dinamismo global, por lo que su precio se movería entre 55 y 75 dólares por barril.
El peso mexicano se mantiene fuerte
El peso mexicano tuvo su tercer mejor semestre histórico, con una ganancia de 9%. Los especialistas creen que parte de esta fortaleza está ligada a las altas tasas de interés en México y la percepción de estabilidad relativa frente a otros emergentes, por lo cual continuará en niveles similares durante el resto del año, si las condiciones actuales no cambian de manera brusca.
“Los mercados están pensando que todos los problemas que estamos viendo se van a resolver”, asegura Gutiérrez, quien explica que los inversionistas perciben que “Trump no se quiere disparar en el pie y retrocede” a la hora de poner en marcha los aranceles que anticipa.